Sánchez-Covisa abandonó ayer la cárcel de Carabanchel
A las cuatro de la tarde de ayer abandonó la cárcel de Carabanchel Mariano Sánchez-Covisa, dirigente de los guerrilleros de Cristo Rey, a quien el titular del Juzgado Central de Instrucción número uno, de la Audencia Nacional, Rafael Gómez Chaparro, concedió la libertad provisional bajo fianza de 75.000 pesetas. El señor Sánchez-Covisa fue procesado el día 25 del pasado mes de febrero por el delito de terrorismo (artículo 264 del Código Penal) por su supuesta implicación en la instalación de una fábrica de armas en la calle de Pelayo, de Madrid.Junto con el señor Sánchez-Covisa fueron detenidos y procesados por el mismo delito los súbditos italianos de extrema derecha Elio Massagrande y Eliodoro Pomar, quienes continúan, por el momento, en prisión provisional. El Gobierno italiano solicitó la extradición de los dos citados por su participación en la reconstitución del partido fascista de Italia, pero los tribunales españoles la denegaron recientemente en base al carácter político del delito de que eran acusados. A la salida de la cárcel de Carabanchel el señor Sánchez-Covisa fue recibido por su abogado, Roberto Reyes, concejal del Ayuntamiento de Madrid y candidato por Guadalajara al Senado en la lista de FE y de las JONS. Los dos, según Cifra, se fundieron en un abrazo. El señor Sánchez-Covisa, muy emocionado, manifestó que las próximas elecciones iban a ser la perdición de España y sostuvo que uno de los grandes culpables de todo lo que estaban padeciendo los españoles era el dirigiente de Alianza Popular, Manuel Fraga, quien «con su política liberal acabó con la política del 18 de Julio».
El señor Sánchez-Covisa, químico de profesión, es conocido como el líder máximo de la organización de extrema derecha Guerilleros de Cristo Rey y el mismo día del asesinato del estudiante Arturo Ruiz en Madrid, 23 de enero, fue llamado a declarar a la Dirección General de Seguridad, siendo detenido posteriormente y puesto en libertad tres días después, el 26 de enero.
El 22 de febrero, la Guardia Civil descubrió una planta para la fabricación de armas en la calle de Pelayo, 39, en un piso arrendado por contrato verbal a Mariano Sánchez-Covisa, y en el que el mismo disponía de un despachito, contiguo a la zona de fabricación de armas.
Como resultado, el señor Sánchez-Covisa es detenido junto con otras diez personas, la mayoría de ellas italianas y pertenecientes a organismos de extrema derecha. El 23 de febrero pasó a disposición judicial y el 25 ingresó en la prisión de Carabanchel.
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