Nuevo marco para las relaciones Madirid-Lisboa

«Muy bien, muy bien, claro», declaró el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, a los dos periodistas que le abordamos a su salida de la embajada de Portugal, para preguntarle cómo había ido su conversación, de cincuenta minutos, con el presidente de la República portuguesa, general Ramalho Eanes. La entrevista Eanes-Suárez, junto a los contactos del presidente portugués con el vicepresidente primero del Gobierno para Asuntos de la Defensa, teniente general Gutiérrez Mellado, y otros altos mandos militares, fueron los hechos políticos más destacados de la segunda jornada en Madrid del general Eanes.

Al término de la entrevista que mantuvieron los señores Eanes y Suárez, el presidente del Gobierno se dirigió a su residencia del palacio de La Moncloa. A la salida de la embajada portuguesa mostró su satisfacción por la conversación que acababa de mantener, continuación, según dijo, de los contactos iniciados por él en Lisboa en noviembre del pasado año. Dijo también que pasó revista a las relaciones internacionales, tanto bilaterales como generales, que afectan a ambos países.Más tarde, el portavoz de la Presidencia del Gobierno, Fernando Onega -que se estrenó ayer como tal-, concretó estos extremos. Aunque el carácter de jefe de Estado del general Eanes, frente al de jefe de Gobierno del señor Suárez, impide que ambos materialicen acuerdos, en la conversación fue analizada la posibilidad de constitución de un órgano conjunto hispano-luso (similar al que existe entre España y Estados Unidos), de gran utilidad en todos los aspectos -cultural, comercial, militar, político-, que se desean potenciar entre ambos países, y del que las comisiones mixtas existentes son ya un anticipo. Asimismo, se analizó la posibilidad de llegar a un nuevo marco de la relación bilateral, incluida la eventual revisión de los instrumentos que afirman tal relación.

En el aspecto económico, el general Ramalho Eanes y el presidente Suárez pasaron revista a los posibles acuerdos entre España y Portugal, dentro del marco de la Asociación Europea de Libre Cambio (EFTA), cuyo secretario general llega precisamente hoy a Madrid.

Según el portavoz presidencial, entre los grandes temas internacionales del momento, se estudiaron la presencia de Portugal y España en la Comunidad Económica Europea en un futuro próximo, así como las diversas aspiraciones respectivas relacionadas con el sistema defensivo de Occidente. La declaración excluye cuidadosamente mencionar literalmente a la OTAN, en cuyo marco, por otra parte, según fuentes diplomáticas, habrá de desarrollarse la futura defensa ibérica, más que en el de un pacto bilateral actualmente desfasado.

Por último, Adolfo Suárez se interesó por la marcha de los contenciosos pendientes entre ambos países -su portavoz no citó expresamente las indemnizaciones debidas a empresarios españoles, ni los daños causados en la embajada española en Lisboa en septiembre de 1975, a raíz de las ejecuciones que se produjeron en España- y tanto él como su interlocutor se mostraron propicios a potenciar al máximo las relaciones entre España y Portugal.

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