La huelga de cines, un conflicto "provocado"
La huelga de los cines madrileños, que cumplió ayer su cuarto día, parece haber entrado en un callejón sin salida. La Unión de Trabajadores y Técnicos (UTT), promotora y organizadora de la huelga, acusa a los empresarios de negarse al diálogo, mientras que éstos piensan que es la misma UTT la que impide a los comités de huelga formados en cada centro de trabajo el inicio de las conversaciones.
Entretanto, la postura empresarial se mantiene firme en no ceder a la presión de los trabajadores y, pese a las notables pérdidas que el conflicto les acarrea, están tratando de poner fin a la situación de dos maneras: a través de la decisión de Magistratura frente a la de manda de conflicto colectivo interpuesta recientemente, o, en otro caso, declarando la huelga ilegal, para lo que alegan una presunta coacción sobre los trabajadores y diversas irregularidades en las firmas que apoyaban el escrito anunciador del conflicto.
Por otra parte, diversas fuentes consultadas por EL PAÍS entre empresarios y sindicalistas del sector coinciden en afirmar que la presente huelga ha sido provocada, pues se podía haber evitado mediante la declaración de conflicto colectivo. Al parecer, «algo se esconde detrás de esta huelga», organizada por una UTT verticalista agonizante, que durante tantos años no se ha preocupado en solucionar las reivindicaciones sociales. La coincidencia del conflicto con el período de desmantelamiento del Sindicato Vertical hace pensar que se trata de una maniobra dirigida a perpetuar a la UTT, al menos durante los cuatro años que, según la actual ley, tiene que permanecer todavía en el campo sindical.
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