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Un veinte por ciento de escolares tiene problemas de adaptación

Ayer se inauguró en Pamplona el Congreso Nacional de Neurosiquiatría Infantil. Independientemente de los temas científicos, que los especialistas debaten en las sesiones, hay uno que flota en el ambiente: la asistencia al niño en España.

El niño es considerado por el adulto como un ser feliz, inocente e ignorante. Sin embargo, según los especialistas, la infancia es una etapa de grandes angustias que, muchas veces, se manifiestan de formas irreconocibles para los mayores: es lo que los expertos llaman somatizaciones y que son la muestra corporal de esas angustias (vómitos, dolores de cabeza, inapetencia). Otros muestran inquietud motórica, se mueven constantemente, no pueden centrarse. A los mayores nos cuesta trabajo pensar que ese sea un niño angustiado y se tiende a creer que es desobediente, y travieso. También realizan otros actos que se consideran recriminables -y se castigan, sin más apelación- como las mentiras, pequeños hurtos, novillos, fugas, que son, según los especialistas, la manifestación de una inadaptación, es decir, un sufrimiento del niño que él no sabe revelar de otra manera. «Lo grave -comentaba un neurosiquiatra infantiles que muchos adultos no hacen caso al niño más que cuando está enfermo, con lo cual le están condicionando a que empleen de forma inconsciente este tipo de recursos para hacerse notar.»

La inadaptación evoluciona

La inadaptación que un niño puede ir presentando parte de la primera edad en la que sus problemas se expresan mediante síntomas corporales (un bebé no puede hacer más que vomitar, tener cólicos, dormir mal).Otra edad de gran inadaptación es la escolar. Por lo menos la mitad de los niños que van al colegio se encuentran en principio, a disgusto en él. No nos damos cuenta de que el comienzo del colegio señala el hito más importante de la separación niño-medio familiar. Muchos niños rechazan el colegio desde los primeros días porque se sienten arrojados a un medio hostil y separados de su casa; otros, por muy diferentes motivos se sienten inferiores a los demás. «En estos casos -comentaba el especialista- es tremendo observar la frialdad con que los adultos asistimos a ese drama diciendo ya se le pasará, ya se acostumbrará. Y se le pasa, es cierto, pero a costa de un profundo sentimiento de soledad e incomprensión. Y además, en muchos casos, hay que unir otros factores: acaba de nacer un hermanito y, por si fuera poco le van a quitar las amígdalas.»

-Doctor, ¿y no será todo esto una visión parcializada por la especialidad?

-No. Creo que no es excesivo afirmar que por lo menos un 20% de niños en edad escolar plantean problemas que requerirían la intervención de los especialistas.

Un problema grave hoy día en España es la ansiedad que se ha movilizado en torno al aprendizaje de la lectura. Hoy más que nunca se fuerza a aprender a leer, por ejemplo, sin respetar el ritmo de maduración del niño. Quizá por eso, se aprecian disfunciones que en muchos casos se diagnostican como dislexias, sin que en realidad lo sean. «Y sobre todo, piénsese, continúa el neuropsiquiatra, qué sentido tiene para un niño leer o escribir, si previamente el lenguaje no se ha valorado en su función expresiva y de relación.»

En la adolescencia es donde se van a mostrar todas las cuestiones que se vienen arrastrando de edades pasadas. Todo lo que el niño fue reprimiendo suele surgir en esta etapa.

-Los problemas más frecuentes en España hoy, en cuanto a la adolescencia, son claros: escasa motivación respecto a su futuro, expresión de la tan mencionada crisis de valores; el aumento tanto en frecuencia, como en precocidad de la delincuencia; la drogadicción y la politización precoz. Las bandas de barrios, pueden ser otro exponente. Y no cabe duda de que tratando sicolójicamente al niño, previniendo sus inadaptaciones, se está haciendo higiene mental, se está trabajando en definitiva contra la posterior aparición de este tipo de cosas. Porque no puede olvidarse que un adulto será emocionalmente sano si ha sido un niño feliz.

-¿Y no hay algún problema en eso de llevar al niño al siquiatra?

-Lo hay, pero es injustificado. Un siquiatra infantil, no es un médico de la locura de los niños, sino un especialista en comprender cuales son las dificultades por las que atraviesa un niño, que le hacen sufrir, y que intentan resolverlas más con orientación, consejos a los padres y tratamientos sicológicos, que con medicación.

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