La cuestión nuclear
Al examinar la cuestión nuclear, tan proclive a dramatismos y demagogias, se debe distinguir prevíamente entre dos aspectos bien diferenciados del tema: su potencial bélico y su aplicación, cada vez mas extendida, como fuente enegética. En este sentido, la nueva actitud de la Administración estadounidense, que persigue un mayor control de los materiales y residuos radiactivos, debe interpretarse como un legítimo intento para limitar, en la medida de lo posible, el uso, de la energía nuclear para fines no pacíficos. ( ... )En el caso concreto español, quizá se desorbitaron un tanto las cosas al llegar a sugerirse que nuestro país intercambiaría la tecnología norteamericana por la francesa o la alemana. En plantas nucleares en construcción, este intercambio es sencillamente imposible. En cuanto a política nuclear concebida en términos globales, esta diversificación es incluso deseable. Pero no parece que el precio fijado por el presidente Carter -adhesión de España al tratado de no proliferación nuclear y mayor control del reprocesamiento de los residuos- sea demasiado alto como para aba ndonar la tecnología estadounidense.
mayo 1977