La reforma fiscal, posible a través de auténticos representantes
«Un proceso democratizador constituye una oportunidad histórica para que los administra dores perciban que el gasto público es algo que a todos beneficia, que sólo es posible por la existencia de una Hacienda Pública operativa y eficaz y, asimismo, que los niveles de ingresos y gastos públicos son determinados a través de sus auténticos representantes», ha declarado el secretario general técnico del Ministerio de Hacienda, José María Álvarez del Manzano, en la inauguración de la XXV Semana de Estudios de Derecho Financiero.
Los factores que condicionan la conciencia fiscal —manifestó— pueden ser modificados paulatinamente en base a una reforma fiscal y administrativa que los pondere de manera adecuada a las exigencias que supondrá el cambio político. En este sentido, se debe considerar:
— La actitud cívica frente al Estado, que dependerá de la acción de los grupos políticos situados en el Parlamento y en la Administración.
— La distribución de la carga fiscal entre niveles de renta, de manera que el contribuyente se sienta tratado con justicia en el reparto de los impuestos.
— La naturaleza de los gastos financieros.
— El volumen de la presión fiscal y su perceptibilidad.
— La implantación del delito fiscal como tipificación de una conducta socialmente condenable, siendo la doctrina en principio contraria a la necesidad de una amnistía fiscal previa a su establecimiento.
El señor Álvarez del Manzano resaltó que en la necesidad de remodelar la actitud del contribuyente en sus relaciones con el fisco, y reforzar su moral, serán necesarios no solamente los esfuerzos parlamentarios para implantar tributos más justos, sino la formación y el mantenimiento permanente de un estado de opinión pública que facilite y aclare todos los extremos de las relaciones contribuyente-Estado.
