La OTAN prepara sus propuestas a la conferencia de Belgrado
Los embajadores representantes permanentes de los quince países miembros de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) preparan cuidadosamente su postura ante los trabajos de la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea. Conversaciones que se iniciarán el próximo 15 de junio en Belgrado y concluirán a finales de año, con una sesión plenaria, probablemente a nivel de jefes de Estado, de los 35 países firmantes del acta final de la Conferencia.Los medios oficiales de la OTAN se defienden de «querer presentar una posición del bloque de países de la OTAN ». Dicen que se trata, simplemente, de coordinar ideas y preparar una serie de documentos de «reflexión» en materia militar y de derechos del hombre.
A nivel práctico, se cree que la primera ronda de negociaciones Este-Oeste, en Belgrado, ocupará del 15 de junio hasta finales de julio. Se tratará de resolver problemas prácticos de organización y el temario que, a finales de septiembre o primeros de octubre, discutirán los 35 ministros de Asuntos Exteriores de los países firmantes del acta final.
Los trabajos de Belgrado no entrarán en el fondo de la cuestión hasta otoño. La OTAN prepara, sin embargo, desde ahora sus propuestas. Las someterá, con seguridad, a los jefes de Estado, o de Gobierno, de los quince países de la OTAN, que el 10 y 11 de mayo se reunirán en Londres, para celebrar el «consejo de primavera» de la Alianza Atlántica.
Los medios diplomáticos de la OTAN opinan que «los países del Este no han aplicado a fondo lo firmado en el acta final» de la Conferencia de Helsinki.
Sin embargo, no parece que los países occidentales estén dispuestos a dar la «batalla» para que Belgrado sea el centro de discusión polémica sobre el respeto de los derechos del hombre en el bloque de los países del Este.
A pesar de las iniciativas espectaculares de Jimmy Carter, presidente de Estados Unidos, a favor de los disidentes soviéticos, los demás países occidentales no creen oportuno, en el momento actual, convertir Belgrado en una especie de «Tribunal Russel»» contra los países del Este.
Por el momento, el capítulo de derechos del hombre incluido en el preámbulo del acta final de la Conferencia, y en su apartado tercero, no será el centro de trabajos Este-Oeste, en Belgrado.
Para evitar toda polémica peligrosa para el conjunto de relaciones Este-Oeste, los países de la OTAN, parecen inclinados a considerar el capítulo de libertades y derechos humanos como una idea que la «distensión no debe afectar sólo a los Gobiernos, sino también a las poblaciones».
Discreción, tacto y «diplomacia» parecen ser las «reglas de juego» que occidentales y orientales respetarán en la capital federal yugoslava, a partir de junio hasta diciembre.
A fin de cuentas, los resultados del acta final de la Conferencia no han sido tan malos para Occidente. Nadie habría creído, el 1 de agosto de 1975 en Helsinki, que las disposiciones del acta se convirtieran en un argumento, de largo alcance para los defensores de las libertades humanas en el bloque de países del Este.
