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Entrevista:

Los masones españoles se organizan

El padre José Antonio Ferrer Benimeli, autor de más de diez libros sobre masonería, entre los que destacan sus cuatro tomos de la tesis doctoral sobre masonería, Iglesia e ilustración, profesor universitario y miembro de varias asociaciones universitarias de Historiografía, pronunciará el próximo lunes, 25 de abril, una conferencia en Barcelona sobre el tema La masonería española en el siglo XX. En esta conferencia, el Padre Ferrer se planteará. los orígenes, la trayectoria histórica de la masonería española en el siglo XX, Ia dictadura de Primo de Rivera, la República, la dictadura de Franco y la problemática histórica, filosófica y religiosa de la masonería.EL PAIS: ¿Pero es que está todavía vigente la masonería en España después de tantos años de persecución al tópico contubernio judeomasónico, eslogan que ha sido manejado constantemente por el régimen anterior?

José Antonio Ferrer: Aunque la mayor parte de los masones tuvieron que emigrar y subsistir en condiciones nada favorables para la comunicación entre sus miembros y los que quedaron aquí, han sufrido y sufren la inexplicable condena de las catacumbas, todos los indicios señalan que se están organizando. Esto se hará más patente a medida que desaparezcan las trabas legales que pesaban también sobre otros grupos (el citado Partido Comunista) que paralelamente consideró como malignos para la sociedad el régimen anterior. La dictadura franquista cargó peyorativamente el término masónico de tal manera que lo rodeé, de unas connotaciones negativas que de ninguna manera respondían al contenido del término. Esta táctica lingüística la emplean los países y los líderes totalitarios. En estos momentos creo que es de justicia que se legalice la masonería en España como lo está en todos los demás países democráticos de corte occidental.

EL PAIS: ¿Qué se puede entender por masonería tal como está funcionando en España en la actualidad? ¿Tienen los grupos masónicos españoles algún papel en la situación por la que atraviesa el país?

J. A. F.: Las mejores definiciones que en estas circunstancias se pueden aceptar son las propias de las organizaciones masónicas. La sociedad masónica del Gran Oriente Español en el exilio, en México, se autodefinía en 1975 como «somos una asociación de ciudadanos libres que defendemos los ideales de justicia, de paz y de fraternidad entre todos los hombres». La masonería se puede relacionar con un movimiento progresista que puede seguir, según los casos, una tendencia socializante o de un ligero matiz conservador, que no es un grupo político ni religioso, cuyos miembros, sin embargo, respetan y cumplen con la ley moral y combaten los fanatismos. La masonería no es en sí nada malo, ni pecaminoso, ni aborrecible, ni horrendo. Tampoco tiene nada que ver con el supuesto complot internacional ni con el comunismo. Se trata, por otra parte, de un grupo de ciudadanos que no tienen en cuenta, para pertenecer a una logia, la clase social de los miembros que en todo momento pretenden actuar a la luz pública. No son sociedades secretas, en una palabra.

Respecto al papel que puede desempeñar la masonería en los momentos actuales, yo diría que puede constituir un factor de progreso, social y de cohesión, fraternidad, hermanamiento y ayuda en estos momentos de cambio.

EL PAIS: Usted acaba de referirse al falso complot internacional asignado a la masonería; ¿se puede decir, sin embargo, que exista alguna organización internacional fuertemente estructurada de las sociedades masónicas?

Gerald Ford, masón

J. A. F.: No, en absoluto. No existe ninguna internacional masónica ni nada que se le parezca, ni siquiera federaciones internacionales. Esto no es obstáculo para que existan grupos étnicos distintos de masones.Por una parte está la masonería anglosajona (Inglaterra, Estados Unidos y países anglófonos), que. cuenta con seis millones de miembros. En Estados Unidos dieciséis presidentes -el último Ford- han sido masones. Por, otra parte, está la masonería latina, más pluriforme y evolucionada en los diversos países. Sólo en Francia existen siete masonerías distintas.

La masonería en España

EL PAIS: Usted ha estudiado detenidamente el fenómeno de la masonería en España, ¿cuáles cree que son las causas fundamentales del concepto peyorativo de la misma?J. A. F.: Yo señalaría cuatro tipos de causas de la masonería española, unas causas religiosas, causas políticas, causas masónicas y causas franquistas. Por una parte, la Iglesia ha influido bastante en la configuración externa de la masonería, sobre todo por el paralelismo que el integrismo católico ha hecho de la masoneria con el satanismo y otros ritos ocultos o ancestrales. La masonería nunca ha sido antirreligiosa (en algún caso y en circunstancias especiales habrá podido ser anticlerilcal; pero no antirreligiosa). Lo que sucede es que se ha identificado la masonería con las sociedades secretas. Además la condena implícita que se puede derivar de, la aplicación del derecho canónico responde a una situación histórica concreta. A la de la pérdida de los estados pontificios y a la identificación hecha por el Vaticano de los masones con las sociedades secretas.

En cuanto a las causas políticas, éstas se encuentran sobre todo en ciertos grupos de derechas que se caracterizan por sus batallas furibundas contra la masonería. Estas mismas derechas identifican la masonería con el comunismo y sectarismo.

Entre las causas masónicas internas a estas sociedades no hay que olvidar el papel que, por ejemplo, en la República ejercieron los 120 diputados masones, seis ministros y varios militares de alta graduación. En el caso de España la masonería evolucionó hacia un cierto anticlericalismo. No obstante, no hay que olvidar que los estatutos iniciales de todas las logias masónicas exigen la creencia en Dios para ser masón. También ha influido el papel que lo s masones han desempeñado en la sociedad. Las constituciones de los masones españoles del año 34 definen la francmasonería corno un movimiento del espíritu dentro del cual tienen cabida todas las tendencias y convicciones« favorables al mejoramiento moral y material del género humano. La francmasonería no se hace órgano de ninguna tendencia política o social determinada. Su misión es la de estudiar todos los problemas que conciernan a la vida de la humanidad para hacer su vida más fraternal.

EL PAIS: Usted ha hablado de causas franquistas que han configurado la masonería española actual, ¿puede explicar por qué?

J. A. F.: Ciertamente, una de las obsesiones de Franco -señalada por historiadores actuales españoles como Ricardo de la Cierva- era la condición de antimasónico. Franco descargo en la masonería todas las causas de la decadencia histórica y de la degeneración política de España. Hizo una persecución y una cruzada de su antimasonismo. Por ello persiguió de forma implacable la masonería y se creyó cercado por ella. Su antimasonería se transcribió incluso en un libro que editó en 1952 al alimón con Carrero Blanco en el que recogían artículos aparecidos en el año 1946 en el periódico Arriba.

Estas tendencias antimasónicas se manifestaron igualmente en el ex presidente del Gobierno Carrero Blanco y en algunos de sus ministros y hombres del régimen. El mismo Julio Rodríguez, ministro de Carrero, acusó a la masonería de la muerte de su almirante. El teniente general García Rebull afirmó que España había exportado masones y, no hace mucho, Alberto Royuela, secretario general de la Guardia de Franco, acusó a la masonería del secuestro de Oriol y Villaescusa.

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