_
_
_
_

Seis verónicas y dos medias de antología

En el sexto toro vino el delirio, Paula recibió al toro al hilo de las tablas en terrenos del uno y ejecutó unas verónicas de antología, lentas, con una admirable cadencia, erguida la planta, ganando un paso en cada lance y así, hasta seis, verónicas; luego remató con dos medias de cartel y una serpentina que fue un poema, y aquello fue el delirio;-al ruedo tiraron sombreros, chaquetas, almohadillas, lo que tenían a manoy el que no tenía nada, se llevaba las, manos a la cabeza. Paula, borracho de arte, vino a la barrera a refrescarse con agua de botijo, se llevó el toro al caballo con un ga

lleo por chicuelinas, el capote a rastras y remató con una revolera a cámara lenta; las palmas echaban humo, se presentía la gran faena, pero el toro se vino abajo,

Plaza de Carabanchel

Toros de Manolo González, de poca presencia, nobles y sospechosamente romos. Rafael de Paula, único espada. Ovación y saludos. Silencio. Silencio. Ovación y saludos. Oreja. Vuelta.

hubo derechazos y naturales bien iniciados, pero sin remate-en su

faena más ligada, pero desistió pronto, hizo bien, y mató con brevedad. Fue el final de dos horas y media de arte, de toreo a ráfagas, mezcladas con dudas y vacilaciones, propias de un torero carente de técnica para limar asperezas, o de valor para plan, tear pelea, pero mató seis toros con todo decoro.Al primero de la tarde, entre muchas dudas, le dio dos serie! de derechazos de clamor. En el segundo hubo dos verónicas y media, sensacionales, y otra media de frente torerísima. El toro llegó incierto por el derecho y Paula no se confió. El tercero.fue recogido a una mano por el peón Curro de la Riva, de modo magistral. Luego Paula Siguió con las dudas, sin cruzarse y rematando los muletazos por arriba, por lo que salían tropezados. Al cuarto, que estaba cojo y m uy j usto de fuerzas, le d lo derechazos buenos sin ligar, por retirarle la muleta de la eara, pero cuando se acopló hubo una serieportentosa por el temple y el empaque, con la izquierda no se confió. Y en el quinto, los miles de gitanos que llenaban la plaza, comenzaron a tocar las pa-Imas por rumbas, y Paula se animó y se inspiró, comenzó la faena con unos ayudados a dos manos y un recorte, siguió con naturales, faltos de remate, un trincherazo, de nuevo derechazos, un molinete con giro despacioso en la cara del toro y un natural sob erbio, una faena de pinceladas, de detalles. Y gracias a las palmas gitanas, vimos las verónicas del sexto, algo memorable y que por si solas valía la pena estar allí.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_