En el plano de Madrid subterráneo no figuran los pasadizos privados
¿Quién sabe cómo es el Madrid subterráneo? Ese Madrid surcado por infinidad de canales de conducción de agua, de hilos eléctricos y telefónicos, de túneles del Metro y de pasadizos secretos privados. Y de personas: esos operarios encargados de hacer que la ciudad subterránea funcione con precisión.
A raíz de la matanza del despacho de abogados laboralistas de la calle de Atocha, número 55, se supo que, precisamente en ese edificio, existe un paso subterráneo, uno de esos pasadizos secretos habituales de conventos, palacios y castillos.
¿Existe todavía en Madrid la red de estos pasadizos? ¿Cómo se conserva, para qué se usa? ¿O se ha dejado perder?
EL PAÍS trasladó estas preguntas al Ayuntamiento y se indicó que tal vez tuviera la respuesta el Instituto de Estudios Madrileños. Este, a su vez, nos trasladó a la Delegación Municipal de Obras y Servicios.
Aquí, por fin, dijeron que no se sabía nada fijo, que no existía ningún estudio detallado al efecto, que de los pasadizos secretos de Madrid se sabía únicamente lo que, en algún libro, se había recogido: que había uno en las Descalzas Reales, que se suponía que los había en el Palacio Real En fin, nada más.
Es en instituciones de este tipo, regentadas desde hace siglos por las mismas jerarquías, donde se podrían encontrar vestigios. Pero las trabas para hablar con los responsables son muchas, y, al final, la respuesta sigue siendo de ignorancia total.
En la Delegación Municipal de Obras y Servicios precisaron que sí existe un plano perfectamente detallado del Madrid subterráneo en cuanto a alcantarillado, conducciones de agua, etcétera. Pero que este plano era supersecreto y sólo disponían de él determinadas esferas del Ayuntamiento y de los servicios de seguridad. «Imagínese, con ese plano se sabe en cada instante por dónde se va y debajo de qué edificio se está. Sería un documento muy peligroso en manos de determinados grupos.»
Es sabido que en algunos puntos de Madrid de especial densidad, de galerías del Metro y de diversas conducciones, tales como la Puerta del Sol, sería prácticamente imposible horadar en vertical sin encontrar un hueco.
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