Revés electoral del laborismo británico
Los conservadores británicos ganaron la elección de Stechford y han puesto de nuevo en entredicho al Gobierno, cuyo candidato, con 13.782 votos, obtuvo cerca de 2.000 menos que su oponente. Los liberales perdieron aún más, porque quedaron detrás del partido de ultraderecha Frente Nacional y no podrán recuperar su depósito electoral. Margaret Thatcher, la líder tory, ha previsto elecciones generales para el otoño, tras conocer el resultado de Stechford.
El nuevo diputado conservador, Andrew Mackay, es el parlamentario más joven del Reino Unido, con veintinueve años. Sucede al laborista Roy Jenkins, que representó a Stechford durante veintisiete años consecutivos y que en las últimas elecciones generales obtuvo cerca de 12.000 votos de mayoría.
El triunfo conservador coloca al Gobierno laborista con diez parlamentarios menos que el conjunto del resto de los partidos de oposición. Esta circunstancia hace aún más esencial para la supervivencia de esta Administración su pacto con los liberales.
En la madrugada de ayer, cuando se dio a conocer el recuento de los votos, la primera reacción de David Steel, el líder liberal, fue la de «pedir perdón» a sus seguidores por este fracaso, que él no quiso dejar de atribuir a su compromiso con los laboristas, un acto que ha creado confusión en el electorado y ha dado ocasión para que una organización de ultraderecha se adelante al liberalismo en Stechford.
La estrepitosa derrota del laborismo («un desastre para Callaghan», según titulares de la prensa) puede haberse producido por varios factores, entre los que también estaría el pacto con los liberales, que parece que electoralmente sólo ha beneficiado a Margaret Thatcher.
Pero ha sido el contenido del presupuesto general que el ministro de Hacienda Dennis Healy presentó hace tres días, el que colocó al Partido Laborista en una situación de popularidad muy precaria. En el presupuesto se incluyen gravámenes sobre carburantes y automóviles y eso ha sido fatal para el laborismo en un área en que la mayor parte de los residentes están ligados de una manera especial al mundo del motor.
El resultado de la elección de Stechford ilustra también el temor laborista a unas elecciones generales que el Gobierno trató de evitar la semana pasada aceptando el compromiso con el partido de Steel. Los liberales, después de esta última derrota, han comprobado que las posibilidades de aumentar su poder parlamentario en una confrontación electoral general son nulas. En estas circunstancias es ahora improbable que la anunciada rebelión liberal contra el Gobierno en la votación del presupuesto del próximo lunes se lleve a efecto.
El Partido Laborista tiene que defender todavía otras dos elecciones parciales más difíciles que las de Stechford: la de Grimsby, que representaba Crosland, el fallecido ministro de Exteriores, y la de Ashfield, que abandona Marquand, un colaborador de Roy Jenkins en la Comisión de la CEE.
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