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Carlos Garaicoechea, posible presidente del consejo nacional del PNV

El Consejo Nacional es un órgano eminentemente colegiado, en el que la figura del presidente no tiene asignadas funciones decisorias especiales. Esta característica ya es tradicional en el partido, y recoge, en cierto modo, la propia tradición democrática de los organismos del País Vasco.

«Creo que no tiene ninguna justificación el rumor al que usted alude, sobre todo teniendo en cuenta que hay personas mucho más idóneas y con bastantes más méritos a su espalda que los que yo pueda tener, que son pocos», manifestó ayer a EL PAIS Carlos Garaicoechea, presidente de la asamblea nacional del Partido Nacionalista Vasco, celebrada el pasado fin de semana, acerca del cargo de presidente del Euskadi Buru Batzar (Consejo Nacional, órgano máximo del partido), para el que parece ser será propuesto Garaicoechea en breve.Sobre el euskera, tema del que se esperaba una reacción más enérgica del Partido Nacionalista Vasco, afirmó: «Como es lógico, el PNV tiene como objeto que el euskera sea el idioma oficial de Euzkadi; el realismo con que nuestro partido traza sus objetivos, y el respeto que siente por las áreas deseuskerizadas del País Vasco, le induce a trazar como objetivo inmediato un bilingüismo que vaya dando paso a una posición de primer idioma para el euskera. De otra forma, en el contexto geográfico-cultural en el que nos hallamos, la situación real del euskera sería de interioridad».

En el orden económico social, el Partido Nacionalista Vasco propuso, en sus conclusiones, la socialización de algunos sectores, novedad en el interciasismo del PNV. En este sentido, Carlos Garaicoechea explicó que, «efectivamente, el PNV-proclama su decisión de transformar el sistema, a través de un proceso socializante realista y responsable. Los sectores y empresas que merecerán una especial consideración de cara a su socialización son Aquellos; que constituyen actividades claves para la economía del país, o las que hayan llegado a adquirir un auténtico poder político.

Esto es sólo un capítulo de las medidas, a adoptar en una primera etapa. Sobre la base de una con cepción humanista y trascendente de la existencia, el Partido Nacionalista Vascó cree que debe llegar tan lejos como sea necesario en la persecución de una sociedad presidida por un espíritu igualitario. Por otra Parte, esta línea progresista no debería sorprender a nadie, ya que es coherente con su historia desde Sabino Arana, que se revolvió contra la oligarquía en favor de las justas aspiraciones del proletariado, según, sus propias palabras, hasta Aguirre, primer presidente del Gobierno de Euzkadi, que fue bien expresivo al respecto y puso en práctica experiencia de cogestión y participación en la empresa, que no eran frecuentes en la época». La llamada «Oposición Conservadora Guipuzcoana», partidaria de pocos cambios en la estructura y línea del PNV, se llevó buena parte, según se ha podido saber, de las discusiones. «Desde luego -añadió Garaicoechea-, las jornadas de la asambla han sido densas y ricas en discusiones y puntos de vista. Pero yo no creo que pueda decirse que se haya configurado un sector netamente contrario a la línea progresista del PNV.

Las discrepancias han podido residir más en el estilo y el tono general de las formulaciones referentes al ordenamiento social. Por ejemplo ha podido haber partidarios de dar un carácter más declaratorio o más concreto y de menor generalidad al proceso socializante. Puedo asegurar que todas las aportaciones han sido intesantísimas, y el consenso final, indudable.»

En el tema más inmediato, las elecciones, Carlos Garaicoechea fue concreto. «Manuel, de Irujo -concluyó- dijo en la asamblea algo muy sencillo y a la vez muy real: el objetivo del Partido Nacionalista Vasco es ganar las elecciones. Evidentemente, las estrategias podrán ser diferentes en cada territorio histórico, pero tenemos confianza a la visita de la adhesión popular -como en sus mejores tiempos- que está teniendo el partido. Y ello, a pesar de que sus postulados de moderación se encuentran ante un clima de radicalización y maximalismo, lógicos después de una época de represión corno la que ha sufrido nuestro País Vasco.»

«Yo creo -añadió- que el Partido Nacionalista Vasco tiene la obligación de presentarse a las elecciones, a no ser que las condiciones previas de imparcialidad y transparencia en el período preelectoral se escamoteen descaradamente. Tampoco creo que el Gobierno incumpla escandalosamente sus promesas de liberar a los presos políticos. En todo caso, el PNV, llegado el momento, hará lo que juzgue más eficaz, en conciencia, para liberar al último preso político vasco ».

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