Un mesnadero socialista pide el juicio de Dios
Se impone el juicio de Dios. Tal vez digan que no soy bastante «progre», pero, francamente, creo que hemos llegado a una situación en que no hay más remedio que apelar al juicio del Altísimo.Se ha hecho todo. Al menos los ejecutivos de los distintos grupos socialistas dicen que se ha hecho todo lo posible por conseguir la unidad, pero, a dos meses de unos comicios decisivos, quizá para otras tres o cuatro décadas primeros y últimos, aquí seguimos divididos. Gastando en hablar mal los unos de los otros un tiempo que deberíamos estar empleando en hablar lo peor posible de esa Santa Alianza, de esos Cien Mil -o los que sean- Hijos de San Luis -o del santo que sea- que, si les deja mos, nos van a imponer a todos la unidad a palos. Por eso, antes- de que sea demasiado tarde, creo que, agotados los demás remedios, se impone el recurso al Juicio de Dios.
Pueden ser Raul Morodo y Felipe González los mantenedores de la una y la otra causa. El profesor Tierno, desde luego, no. Por muchas razones, al profesor creo que hay que dejarle fuera de esto, a Múgica también, porque si a Múgica se le ocurre salir al campo con un arma lo bastante contundente, desde el principio se sabe quién va a ganar la lid.
No es que diga que Felipe y Raul sean de por sí violentos, ni mucho menos que les tenga por crueles, pero al fin y al cabo uno y otro son secretarios generales y me parece propio que, después de ponerse los pañuelos con las siglas de los respectivos partidos, salgan a defender esas Oes y esas Pes, por cuyos derechos claman.
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