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Cinco millones de pesetas, botín del atraco a una joyería

Cinco millones de pesetas en joyas y un empleado herido en la cabeza, de pronóstico reservado, fue el balance de un atraco que tres jóvenes armados con una escopeta de cañones recortados y una pistola realizaron ayer en la joyería Granados, sita en el número 105 de la calle Alcalá.

«No me he enterado de nada. Acababa de telefonear y me encontraba en la trastienda. De repente un hombre entró corriendo y me dio, al parecer, con la culata de una pistola. Perdí el conocimiento y no supe nada más», manifestó a EL PAIS, Eduardo Paredes, de 31 años, encargado de la joyería y único empleado que se encontraba en ese momento en el local atracado.Según las versiones obtenidas, tres jóvenes, uno de ellos armado con una escopeta de cañones recortados y otro con una pistola, penetraron en la joyería sobre las doce menos veinte de la mañana. Tras entrar en la trastienda y golpear al encargado, a quien empujaron y obligaron a tenderse en el suelo, uno de los tres atracadores permaneció arrodillado sobre él mientras le apuntaba con la pistola a la cabeza.

Mientras, el joven que iba armado con la escopeta, y qué, al parecer, era el que daba las órdenes se sentó en una silla de las reservadas para el público en tanto el tercero se apoderaba de las joyas del escaparate. Fue en ese momento cuando entró en el local una clienta del barrio a quien se le dijo que esperara un momento ya que el empleado estaba dentro. Al darse cuenta de la situación, la mujer fue empujada a la trastienda donde también se la obligó a tumbarse en el suelo.

Según manifestó posteriormente esta mujer al dueño del establecimiento, Enrique Granados, uno de los jóvenes, al parecer, el que estaba sentado cuando entró, tenía acento sudamericano y vestía chaqueta de skay.

«Las joyas no estaban aseguradas. Los que robaron eran conocedores; se llevaron lo mejor del escaparate: collares, pulseras, sortijas y pendientes en zafiros, esmeraldas, brillantes y rubíes. La mayoría de las piezas que se han llevado eran originales de la casa», informó por su parte el dueño del establecimiento.

Además de las cerca de treinta piezas robadas, los atracadores se apoderaron de unos doce relojes de acero inoxidable e incluso del Certina de oro del encargado, mientras éste estaba en el suelo.

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«No parece que hayan robado nada más. Desde luego las cajas fuertes no las han tocado para nada. El valor aproximado de las piezas puede superar los cinco millones de pesetas, según les dije a los policías que vinieron», manifestó el señor Granados.

El encargado, según informaron en el equipo quirúrgico de Montesa, a donde fue trasladado por la policía, fue atendido de lesión en la región occipital, contusión frontal y conmoción cerebral. Una vez realizada una radiografía el empleado pudo retirarse, tras declarar en la Comisaría, a su casa, sita en la calle Pedroñeras.

Fuentes políciales informaron asimismo a EL PAIS que el coche usado por los atracadores, de los que se desconocen otros datos, fue un Renault 12 ranchera de posible matrícula de Madrid 1119-B y color blanco, que está siendo buscado por la policía.

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