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Los expropiados de As Encrobas aceptan ser trasladados a otras tierras

El lunes que viene podría estar más cerca que nunca la solución, definitiva para él problema de As Encrobas al haber aceptado los campesinos el traslado de sus propiedades y casas a cualquiera de los tres valles últimamente localizados por Lignitos de Meirama.«Se trata -explicó a EL PAIS Cesáreo Pena, labrador integrante de la comisión de vecinos de As Encrobas- de unas tierras que nos convencen y que reúnen adecuadas condiciones para que, instalemos en ellas nuestra comunidad . Estamos dispuestos a aceptar cualquiera de los tres, pero no pasamos por un traslado que nos divida, unos vecinos a un valle y otros a un sitio distinto». Ambas partes acordaron no dar a conocer la situación exacta de las tierras buscadas con el fin de evitar la especulación de los precios.

En este momento, la empresa trata de comprar dichas tierras para ofrecerlas definitivamente el lunes próximo a los campesinos que hay que desplazar desde As Encrobas debido a la explotación de una mina de lignitos. Los tres valles localizados se encuentran en la provincia de La Coruña y cerca de la capital.

Anteriormente, la comisión negociadra del conflicto, integrada por representantes de los labradores y de la empresa había, localizado otras posibles instalaciones de los afectados de As Encrobas pero los vecinos de, la parroquia no las aceptaron por considerar que se trataba de terrenos muy inferiores a los que ahora ocupan.

Desde 1914 el tema de la expropiación. de las tierras de esta parroquia coruñesa levantó una de las más enconadas luchas agrarias de la Galicia de posguerra, y movilizó a la mayor parte de los intereses políticos y sociales de Galicia. La empresa se negó hasta hace poco tiempo a acceder al traslado de, población pedido por los afectados y sólo a partir de las manifestaciones del 20 de fe brero se avino a contemplar dicho traslado.

Según pudo saber ayer EL PAIS, otros focos de protesta. agraria podrían surgir muy pronto en Galicia. Concretamente la posibilidad de que se construya un pantano en el municipio orensano de Cartelle y el ya viejo tema del proyecto del Gran Suarna, en Lugo, pueden estar a punto de entrar en fases conflictivas. Todo ello constituiría con las protestas campesinas de Chove, Lugo, donde se va a construir una central nuclear, el actual mapa político de las revueltas campesinas gallegas que tuvieron profunda tradición tanto en tiempos remotos (la revolución Irmandiña), como no lejanos (el agrarismo de Basilio Alvarez), del País Gallego.

As Encrobas ha constituido, con el caso Castrelo de Miño (Orense), uno de los más importantes focos de protesta campesina de la Galicia de la posguerra. El conflicto, que ha sido también uno de los más largos, ha movilizado a amplias capas de la opinión pública gallega e incluso del resto del Estado español. Grupos políticos y organizaciones sindicales hicieron pública su solidaridad con los campesinos expropiados y su protesta por la ocupación de las tierras. Igual solidaridad fue hecha pública por agrupaciones culturales, asociaciones profesionales y amas de casa. Entre las condenas de las expropiaciones cabe recordar la que formuló desde Roma, donde se encontraba en aquellas fechas, el arzobispo de Santiago, monseñor Suquía.

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