La II Conferencia del PSUC se celebrará en el mes de mayo

Se espera que a inicios de la próxima semana sea fijada por el comité local de Barcelona del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) la fecha de celebración de la segunda conferencia de militantes de este partido de la Ciudad Condal. La celebración de esta conferencia estaba prevista para la primera quincena de febrero, pero importantes discrepancias de orden político, registradas en el seno del PSUC, motivaron su aplazamiento.

Las discrepancias se basan particularmente en la existencia de una línea más moderada y otra más radical, cuyas divergencias han llegado a cotas jamás alcanzadas con anterioridad en el seno del PSUC.La línea más moderada -calificada de «socialdemócrata» por sus antagonistas- suele ser defendida por antiguos dirigentes de Bandera Roja (BR), grupo político que fue parcialmente absorbido por el PSUC, cuyos representantes más destacados son Jordi Solé Turá y Jorge Borja. Debido, por un lado, a su origen y, por otro, a su extrema moderación ideológica, estos dirigentes son designados por la otra corriente, «banderas blancas».

La línea más radical -pese a moverse también dentro de los esquemas de lo que se ha convenido en llamar eurocomunismo- suele ser encarnada por militantes con más años de pertenencia al PSUC, quienes precisamente tuvieron que defender su partido de los ataques -a menudo de carácter personal que los dirigían algunos de los actuales dirigentes del PSUC cuando militaban en BR.

El aplazamiento de la segunda conferencia de Barcelona -etapa importante en la preparación del IV Congreso del PSUC, a celebrar legalmente el próximo mes de mayo en la Ciudad Condal- está en el centro del debate, por cuanto que la figura dominante a nivel de organización barcelonesa del PSUC es Jorge Borja, quien abandonó el intenso radicalismo anti-PSUC que le caracterizaba cuando era dirigente de BR, para pasar a ser también dirigente del propio PSUC.

Distintas candidaturas

En la perspectiva de la mencionada conferencia, los dirigentes de la línea más pura o más histórica prepararon una candidatura de alternativa a la corriente que actualmente domina en el comité local de Barcelona del PSUC.Integran esta candidatura histórica, entre otros, un destaca o dirigente de CCOO, un abogado laboralista y un economista que trabaja para el movimiento obrero. Esta candidatura tiene, desde luego, un contenido político poco coincidente con la corriente dominante a nivel de organización barcelonesa del PSUC.

La línea o corriente pura -llamada también «sacristanista», por sus simpatías hacia las posturas ideológicas del profesor Manuel Sacristán- pone especial hincapié en el carácter obrero del partido, mientras que la más moderada desearía acentuar el carácter de partido de masas, es decir, de partido en el que estuvieran presentes todas las clases sociales. En el terreno organizativo, esta última tendencia se inclina por la potenciación de la presencia en el seno del PSUC, junto a los «militantes», de los «adheridos» y «simpatizantes», mientras que la otra corriente ve con temor la posibilidad de que las dos últimas categorías organizativas hagan disminuir el papel de los «militantes».

Estas divergencias se dieron ya en ocasión de la celebración de la conferencia universitaria del PSUC (ver EL PAIS del 4 y 8 de diciembre). En aquella ocasión salió vencedora la corriente moderada -fuerte en la universidad llamada Autónoma de Barcelona-, si bien en los temas importantes las diferencias en el número de partidarios de una y otra alternativa fueron mínimas (unos diez votos sobre 118 participantes).

La existencia de problemas internos en el PSUC es un secreto a voces en los medios políticos catalanes. No obstante, se ignoran las causas reales, o bien los comentarios se centran en cuestiones externas al partido, como serían los ataques a Josep Tarradellas, y el apoyo a Jordi Pujol.

En todo caso, el interés por el tema viene determinado en los medios citados por la muy escasa presencia del PSUC en la vida política catalana, hecho realmente inédito en los últimos años.

Respecto al papel determinante de las tensiones en el seno del comité local de Barcelona, cabe recordar que fue en el interior de este organismo donde, en 1965, nació la escisión más importante que jamás ha tenido el PSUC. De ella surgió el «PCE (I)» y también, posteriormente, el Partido del Trabajo de España.

En estos últimos días se han llevado a cabo gestiones tendentes a encontrar un equilibrio entre las dos corrientes, rehuyendo los enfrentamientos, muy reales, que originó la elaboración de una candidatura de carácter histórico o puro, frente a los «banderas blancas» considerándose posible que pueda presentarse, en ocasión de la segunda conferencia, una candidatura que de algún modo vincule a las dos líneas políticas.