_
_
_
_

Barrio del Pan Bendito, un "ghetto" sin soluciones

La Colonia del Pan Bendito es uno de los lugares de Madrid en los que aún se da la convivencia entre gitanos y payos, quizás forzados por las circunstancias (agrupamiento de gitanos en UVA por parte de la Administración) como vía forzada para la integración de los gitanos en la sociedad paya, expulsados de sus chabolas, casas bajas y trabajos habituales.

La sociación de Vecinos del barrio del Pan Bendito ha redactado un extenso informe sobre las necesidades del barrio a todos los niveles, en el que se recogen, al margen de las circunstancias de vivienda, urbanismo, sanidad, enseñanza, etcétera, parte de la conflictividad que surge de la convivencia diaria entre personas de diferentes hábitos, cultura y tradición, en un medio calificado por los vecinos como miserable.Tanto las viviendas de la Colonia Vista Alegre como las de la Unidad Vecinal de Absorción, presentan innumerables deficiencias en su estructura. La insuficiencia de viviendas construidas da lugar al hacinamiento de familias, en muchas casas conviven dos y tres familias con un total de veintiuna personas en algún caso. La UVA, que se construyó como solución de urgencia y medida. provisional que tendría vigencia por un máximo de cinco años, a la espera de construir nuevas viviendas, lleva catorce años construida, mientras la Colonia, levantada hace veintiún años, ha sufrido el derribo de algunas de sus casas y otras se encuentran en estado ruinoso. Un nuevo hecho el de la construcción de viviendas en la Vía Lusitana, ha ahogado aún más a la UVA y las humedades en las viviendas son ostensibles.

Cuando en la mayoría de los barrios de Madrid, gracias al esfuerzo de los vecinos y del Ayuntamiento, se subsanan poco a poco las necesidades más acuciantes, la Colonia del Pan Bendito es un compendio ejemplar de necesidades no subsanadas, consecuencia del abandono absoluto que ha sufrido la zona desde que fue construida.

La población activa del barrio es mayoritariamente obrera, abunda el peonaje de la construcción, por lo que los sueldos son bajos y los despidos frecuentes. Hay abundancia de paro y falta de seguridad social en muchas familias, entre una población no excesivamente joven. Otro sector de la población, compuesta por quínquis y gitanos, trabaja por cuenta propia y, eventualmente, como chatarreros y vendedores ambulantes. Hay una alta proporción de gitanos sin más ingresos que las 1.500 pesetas del Fondo de Asistencia Social.

Convivencia difícil

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Respecto a la situación de la escolaridad y la educación, de la que EL PAIS informó el pasado 13 de febrero, existen en la actualidad 241 niños, en edades comprendidas entre seis y catorce años, sin escolarizar. Es alarmante el desfase de muchos niños en el grado de escolarización. Existe un alto porcentaje de subnormalidad y falta de aulas especializadas o centros a donde acudir.Según la asociación existe gran tensión y profundo malestar, debidos a la heterogeneidad de la población, compuesta, como queda reseñado, por quinquis, payos y gitanos. La asociación, compuesta en su mayoría por payos, dice que son frecuentes las peleas entre vecinos, que existe temor en las familias payas por las amenazas y reacciones de los gitanos y quinquis, así como que se da un elevado índice de delincuencia juvenil y alcoholismo.

Como ya en su día informó EL PAIS a través de una entrevista con miembros de la Asociación para el Desarrollo Gitano, en esta situación se produce una total falta de integración en la sociedad de un gran número de gente y falta de toda clase de estímulos para una promoción de adultos y de niños.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_