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Los empresarios quieren la unidad espontánea y apolítica

La unidad empresarial, basada en los criterios de voluntariedad y libertad de afiliación, y alejada de toda vinculación a los partidos políticos, constituye la aspiración máxima de los empresarios españoles a juzgar por lo expuesto ayer en el coloquio Cómo se está organizando el movimiento empresarial español, convocado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).

Los empresarios también mostraron de modo unánime su preocupación por restituir su imagen, deteriorada -dijeron- en los últimos tiempos demagógicamente. El desacuerdo surgió, en mayor o menor grado, a la hora de definir los caminos a través de los cuales debe alcanzarse la unidad. Hubo partidarios de organizaciones sectoriales, profesionales, territoriales, gremiales y de otros tipos como punto de partida hacia la unificación, con la excepción del señor Conde Bandrés, que ofreció la estructura del sindicalismo oficial como medio de evitar un vacío, tan temido como rechazado por todos. El debate se inició en base a tres preguntas comunes: ¿cómo ve el momento asociativo empresarial español?; ¿qué va a ocurrir en el futuro?, y ¿qué está haciendo usted o su organización por este movimiento? Las respuestas tuvieron numerosos elementos comunes y escasas discrepancias, pero Cada uno aportó su visión personal al tema.

Manuel Conde Bandrés, presidente del Consejo Nacional de Empresarios. Concibe la estructura organizativa como un entramado. mixto de federaciones y confederaciones por ramas de actividad, respetando la autonomía de cada una de las organizaciones. Ofreció las estructuras del Consejo de Empresarios para el futuro, evitando partir de cero. El principal problema de las organizaciones empresariales son las cuotas; sólo cotiza el que pertenece y, para afiliarse, el empresario pide resultados que precisan gastos de funcionamiento. El CNE no es la Organización Sindical y perdurará cuando esta desaparezca. La atomización acarrea problemas que se han solucionado en todos los países con estructuras unitarias.

Santiago Foncillas, presidente de la Asociación para el Estudio y Acción Empresarial. Es necesario construir un nuevo orden económico en España, que haga posible que la empresa sólo corra con los riesgos derivados de su propia actividad. Los empresarios son responsables de la deterioración progresiva de su propia imagen, por absoluta inhibición ante el tema. Las distintas organizaciones empresariales deben vertebrarse hacia la cúspide con espontaneidad. Es imprescindible defender el sistema de la libre empresa.

Max Mazín, presidente de la Agrupación Empresarial Independiente. Se están adoptando medidas en el país que van a afectar gravemente, al contexto socioeconómico, para las que no han sido consultados los empresarios; por ejemplo, la rumoreada reimplantación del artículo 35 de la ley de Relaciones Laborales, cuyas consecuencias serían incalculables. El sistema de economía de mercado no es perfecto, pero la economía socialista que se presenta como alternativa se ha revelado catastrófica en el ejemplo de la URSS. Los problemas de la actual coyuntura económica deben solucionarse teniendo en cuenta a los protagonistas de la vida económica. Una organizacion que aglutine las iniciativas organizativas de carácter territorial y sectorial debe estar en condiciones de cubrir un previsible vacio, de representatividad empresarial. La constitución de entes intersectoriales a nivel local sería perturbadora.

Julio Pascual, secretario general de la Comisión Coordinadora de Asociaciones Profesionales. No debe intentarse inventar nada; hay suficientes ejemplos en Europa, en base a los que montar una organización empresarial española, cuyo soporte sean las federaciones de sector, con algunas arborescencias de tipo regional.

Agustín Rodríguez Sahagún, promotor de la Confederáción Empresarial Española. Los sindicatos horizontales -interprofesionales- son los llamados a representar un importante papel en estas circunstancias, aunque a largo plazo serán las organizaciones sectoriales las que tendrán más fuerza en el campo empresarial. El marco unitario debe estar dotado de una estructura confederativa con libertad en el planteamiento inicial.

Nemesio Fernández-Cuesta, empresario. Hay que descartar inmediatamente las palabras organización y patronal, desenganchando de un pasado en el que todo era infantil desde el poder. Es necesaria una confederación que agrupe a todos los empresarios españoles, cuyas características deben ser: grande de dimensión, unificadora en su esencia, profesional en su espíritu, política en su operatividad -no politizada- y rigurosamente contemporánea.

En el coloquio se puso de manifiesto la existencia de una Coordinadora de Organizaciones Empresariales.

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