Sigue sin celebrarse la asamblea del Pegaso

El Pegaso, equipo madrileño del grupo segundo, es un caso aislado en lo que respecta a su organización y planteamientos económicos. La aportación del club económica corre a cargo de la empresa, que a su vez es la que elige a los presidentes del equipo.

Hasta la fecha y desde que se creó el equipo de fútbol, en octubre del 63, no se ha llevado a cabo ninguna asamblea. Y lo más curioso es que los problemas surgieron cuando se decidió celebrar la primera, para diciembre del pasado año. En efecto, la actual junta directiva que dirige el vicepresidente en funciones, Andrés Crespo, propuso hacer dicha asamblea eligiendo para ello a los socios con más de tres años de antigüedad, entre los cuales se efectuaría un sorteo para elegir los doscientos compromisarios que representasen los intereses de los socios. Sin embargo, un grupo de éstos, catorce concretamente, no aceptó la propuesta de la directiva y propusieron a su vez que los compromisarios fueran los cien primeros socios del club, a lo que se opuso éste.La junta directiva siguió adelante con su propuesta inicial y la presentó a la Federación Castellana, que la aceptó en un principio, para posteriormente desecharla «a su capricho», según el señor Crespo. A instancias federativas se efectuó un sorteo en la Castellana, de donde salieron cien socios, a los que se Ies unirían otros doscientos, en teoría los más antiguos del club. Elsorteo fue impugnado por los directivos Pegasistas basándose en que la supuesta antigüedad de dichos socios no puede ser reconocida. Por otra parte, los elegidos, ha afirmado el presidente pegasista, «figuran con un número de orden en un libro escrito a lápiz, y en el que parece ser hay algunos borrones y donde existen incluso niños».

Hasta ahí, pues, la versión del Pegaso. Resultaba necesario conocer la opinión federativa y para ello nos pusimos en contacto con el presidente, Adolfo Gil de la Serna.

En junio dimitió el presidente del Pegaso, por lo que de acuerdo al reglamento asumía el cargo el vicepresidente, señor Crespo. Ante la nueva situación planteada se llevaron a la Castellana las firmas, unas trescientas o cuatrocientas, de algunos socios del Pegaso, solicitando la intervención de la Federación. Esta solicitó a la directiva del Pegaso, la misma durante siete años, la relación de la lista de socios, que fue presentada a máquina, pero transcrita de un libro es, crito a lápiz, y en la que figuraban unos 4.200 socios, algo irreal por cuanto no se habían efectuado bajas en el número de orden. A partir de aquí surgió el problema por cuanto los directivos pegasistas propusieron un sorteo del que saliesen los compromisarios. Esta propuesta se aceptó en un principio, pese a ser antirreglamentaria, tras consultar la Castellana a la Española. Se convocó a los socios del Pegaso y algunos tampoco se mostraron conformes con esta solución, y exigieron la reglamentaria, es decir, los cien socios más antiguos, y los otros cien a sorteo por quintas partes. La discusión entre las dos posturas acabó con la impugnación por parte de la actual directiva no conforme con la lista que ellos mismos presentaron. Lo curioso es que la Castellana encontró en los archivos el acta fundacional del Pegaso, que coincide en un número elevado con la lista de socios presentada. En concreto, de los cien primeros socios, unos setenta coinciden con la lista. La impugnación presentada por Crespo pasó al Comité Jurisdiccional de la Castellana que estudió el tema y falló de acuerdo con la Federación. El nuevo recurso del Pegaso pasó al Comité Jurisdiccional de la Española, que es el que decidirá de manera definitiva. Este comité solicitó tanto el acta fundacional como la lista presentada por el Pegaso. A instancias de lo que decida el citado comité se obrará en consecuencia: Si resuelve de acuerdo también con la Castellana se convocará, tal como marca el reglamento, una junta general.