El 19 de marzo empieza la temporada en Las Ventas
La temporada empezará en Las Ventas los días 19 y 20 de marzo, con sendas novilladas de Jiménez Pasquau y García Romero, y es muy posible que en una de ellas participe Luis Miguel Ruiz. En Vista Alegre la inauguración será el día 6 del mismo mes, según todas las previsiones, y quizá ya tengamos toros en San Sebastián de los Reyes el último domingo de febrero.Es decir, que por lo menos en Madrid y alrededores las empresas respectivas ya hacen sus previsiones de ganado y perfilan carteles, confiadas en que la huelga de subalternos tendrá pronta solución, como se espera. Es importante consignar que en todas estas plazas hay proyecto de celebrar numerosas novilladas, como respuesta a lo que en verdad necesita en estos momentos la fiesta. En Las Ventas concretamente habrá novilladas ininterrumpidamente desde la inauguración hasta la feria de San Isidro, con la única excepción del domingo de Resurrección en que, como es tradicional, se montará una corrida de toros.
También habrá novilladas dentro del abono isidril -dos o tres- y las corridas de toros de este ciclo, que dará comienzo el 14 de mayo, no pasarán de dieciocho.
Según opiniones recogidas en el seno de la empresa de Las Ventas durante esta temporada 1977 se va a prestar atención muy especial a la presentación del ganado, como consecuencia de los gustos del público de Madrid reiteradamente manifestados, el cual se inclina por las reses de trapío y pujanza, y es evidente que prefiere corridas de estas características, aunque el cartel de matadores no sea especialmente llamativo.
Las mismas fuentes nos indican, que, como norma, no habrá festejos extraordinarios organizados por la empresa, en días laborables, a causa del alto coste del piso de plaza. Sólo en circunstancias excepcionales podrían montarse estos espectáculos, que por otra parte echa de menos la afición. Las corridas de toros y novilladas de los jueves -en la actualidad sería mejor fecha los viernes- tuvieron solera en Madrid, pero las condiciones de arriendo que impone la Diputación Provincial, propietaria de la plaza, las hace prohibitivas en la mayoría de los casos.
La Diputación cuenta con saneados ingresos gracias a este contrato, y está bien que así sea, pero sus objetivos no deberían circunscribirse a las ganancias, que se producen a costa de limitar las posibilidades de una fiesta que se desarraiga, precisamente por los precios excesivos que ha llegado a alcanzar. Con unas condiciones de arrendamiento más moderadas, habría dinero para pagar a los toreros los salarios que en justicia merecen, podrían celebrarse más espectáculos, se fomentaría la afición.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.