Empeoramiento de la estructura financiera de las empresas del INI
El Instituto Nacional de Industria, después de los resultados de sus empresas en los últimos años, tiene tres alternativas si se pretende evitar una incidencia excesiva del INI en el mercado de capitales: 1. Limitación de las pérdidas en algunas de sus empresas. 2. Desaceleración de planes de inversión y expansión. 3. Actuación intensa en las empresas en los capítulos de costes para conseguir una mayor autofinanciación. Esta es la conclusión de un estudio sobre las empresas del INI realizada por Información Comercial Española, boletín de la Secretaria General Técnica del Ministerio de Comercio.
El estudio de Información Comercial (ICE) aparecido en sus dos últimos números ha coincidido con el cambio en la presidencia del INI y con una cierta modificación en la formulación de los objetivos de este organismo. Esta modificación, en modo alguno se hace en la línea marcada por las conclusiones de ICE. Cabe señalar que la visión que las autoridades económicas dan en estos momentos al INI es claramente diferente de la óptica del órgano del Ministerio de Comercio.El estudio se refiere a los balances presentados por 56 empresas del INI en los tres últimos ejercicios con datos disponibles, 1973, 1974, 1975. El primer ano marca el fin del «boom» económico, que se cierra con la crisis de la energía y el comienzo de una fase depresiva.
Beneficios decrecientes
En el trienio considerado, la rentabilidad sobre recursos propios descendió sustancial mente, para que en 1975 la suma consolidada de los resultados de las 56 empresas industriales del INI prácticamente registrará beneficio cero. De 6.352 millones, en 1973, se pasó a 52 1, en 1975. A un aumento de las pérdidas crónicas de empresas como Hunosa hay que añadir el descenso de beneficios de otras muchas y el paso a números rojos de otras, como las siderúrgicas y prácticamente las de automoción. El sector eléctrico es el que registra mayores aumentos de beneficios.En el trienio considerado, los activos totales de las 56 empresas pasaron de un valor equivalente a 745.000 millones de pesetas a 1,17 billones, lo que supone aumentos del orden del 25 % anual. Prácticamente, la mitad de ese aumento se centra en el sector energético y una cuarta parte en la industria de transformación (naval y automoción).
Las ventas de las empresas del INI crecieron considerablemente, sobre todo, en el sector energético, que conoce en el trienio el espectacular incremento de precios del petróleo. Las ventas totales pasan de 300.000 millones, en 1973, a 49 1.000, en 1975. El 50 % del incremento corresponde a las empresas del sector eléctrico.
Autofinanciación aún más reducida
La relación recursos propios/ recursos ajenos en el período considerado se ha mantenido casi estable pasando de una relación 45-55 a otra de 47-53 %. En este capítulo hay que destacar el hecho de que las amortizaciones han llevado un proceso de reducción en el trienio. El porcentaje de amortizaciones sobre activos totales pasa de un 3,53 %, en 1973, al 2,74, en 1975. Esta reducción en la aplicación de amortizaciones puede deberse al interés en reducir al máximo las pérdidas y aumentar en lo posible los beneficios en los años malos. ICE considera que «los reducidos porcentajes de amortizaciones son insuficientes para mantener el valor patrimonial» y dice también: «las amortizaciones como fuentes de financiación interna de las empresas son prácticamente irrelevantes».El estudio conjunto de las 56 empresas realizado por ICE puede resumirse en cuanto a conclusiones en: «En el trienio 1973-75 las empresas del INI sufrieron un fuerte descenso de beneficios hasta llegar prácticamente a su desaparición (del 1,88 % sobre capital propio se pasa a un 0,09 en 1975). Un crecimiento importante de activos globales (del orden del 25 % anual). Descenso relativo de las ya reducidas amortizaciones. Mantenimiento de la estructura financiera de recursos ajenos y recursos propios en una relación 55-45 %.
La segunda parte del trabajo de ICE analiza los balances de las 56 empresas agrupando los distintos sectores en que están encuadradas. En el sector de la energía destacan las pérdidas crecientes de Hunosa, una rentabilidad mantenida en las prospecciones de hidrocarburos,, un descenso de la rentabilidad en el refino y un aumento de beneficios en electricidad.
En el transporte aéreo descienden los beneficios de Iberia y Aviaco pasa a contabilizar pérdidas. En el marítimo Elcano consigue eliminar pérdidas considerables para dar un pequeño beneficio en 1975.
El sector naval mantiene la rentabilidad, aunque Astano registra un crecimiento de pérdidas. En automoción, Seat reduce prácticamente a cero sus importantes beneficios (1.331 millones en 1973), Enasa pierde también rentabilidad y Mevosa registra ligeros beneficios después de años de pérdidas. CASA mantiene muy reducidos beneficios.
En transformación mecánica, SKF, S. Bárbara, Enosa, Maquinista, las pérdidas pasan de 238 millones conjuntamente en 1973 a 916 en 1975.
En siderometalurgia, Ensidesa para de 2.500 millones de beneficios a 764 de pérdidas y Endasa reduce beneficios a cero. Potasas de Navarra mantiene elevadas cotas de pérdidas y Enfersa reduce éstas para dar 415 millones de ganancias en 1975.
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