Sudán y Etiopía, al borde del conflicto armado
Sudán ha llamado a su embajador en Etiopía, y el presidente Numeiri informará hoy a la Asamblea Nacional sobre el progresivo deterioro de las relaciones entre ambos países. Etiopía ha hecho un llamamiento diplomático a su vecino para intentar la solución de sus diferencias a través de los canales adecuados.El presidente sudanés acusa a la Junta Militar etíope de favorecer la formación de tropas hostiles en campos establecidos cerca de la frontera sudanesa y de participar en complots contra Sudán, a los que, según Numeiri, no sería ajeno Libia, país acusado por Sudán de haber instigado el fallido derrocamiento del régimen en julio pasado, y cuyos agentes habrían penetrado a través de Etiopía.
Numeiri ha declarado que su país está dispuesto a responder cualquier ataque de los militares etíopes, para lo cual no vacilaría en utilizar a los casi 100.000 refugiados eritreos avecindados en Sudán. El ministro sudanés de Defensa ha advertido que sus fuerzas están movilizadas a lo largo de la frontera.
La belicosidad de Sudán ilustra el empeoramiento de unas relaciones marcadas por el apoyo de ambos regímenes a movimientos secesionistas del otro país. A partir de 1975, Etiopía amenazó con reabrir el frente de los cristianos secesionistas de Sudán del sur, los Anya-Nyas, que se habían beneficiado del apoyo del Negus cuando Sudán alentaba decisivamente la guerrilla eritrea. Addis Abeba y Jartum firmaron en 1972 un acuerdo por el que se comprometieron a cesar su ayuda a los movimientos secesionistas. Hay 20.000 refugiados sudaneses en el sudoeste etíope y casi 100.000 eritreos en Sudán.