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Misterio en torno a los dos abogados dos por la familia Oriol a París

Los abogados, señores Castells y González Berzosa, encargados por la familia del presidente del Consejo de Estado de entablar negociaciones con algún interlocutor de los GRAPO, llegaron a París ayer, a las seis de la madrugada, desaparecieron una hora más tarde, volvieron a aparecer poco después en el hotel Normande, próximo a la agencia France-Presse y, definitivamente, se evaporaron. No ha podido saberse con quién vinieron a negociar, ni cómo, ni cuándo. Por su lado, el embajador de España en París, por orden del Ministerio de Asuntos Exteriores, confirmó que había tenido contactos con la embajada de Argelia, los días 16 y 17.

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Los dos abogados madrileños, a bordo del Focker, de once plazas, que les trasladó a París, declararon a EL PAIS: «No sabemos realmente con quién tenemos que contactar en París. Sólo entendemos que hay que esperar una llamada telefónica de algún miembro de los GRAPO o de algún interlocutor válido que negocie con nosotros la libertad del señor Oriol.» Este era el segundo viaje, de la noche del viernes al sábado, de los dos abogados. Al aterrizar por primera vez, poco antes de media noche, fueron retenidos por la policía, por falta de autorización de los organismos competentes. Parece ser que la familia Oriol actuó de manera muy privada. Los abogados, durante dos horas, en las oficinas del aeropuerto, intentaron convencer a las autoridades de aduanas sin conseguirlo. Por fin hablaron con el embajador español, marqués de Nerva, que, inmediatamente hizo una gestión en el Ministerio del Interior, con resultado positivo. Pero cuando llamó al aeropuerto, los dos abogados ya habían sido obligados a despegar, camino de Madrid. Se intentó detenerlos por medio de la radio, sin conseguirlo. Una vez en Madrid de nuevo, a las cuatro de la madrugada, emprendieron el vuelo definitivo. En el avión viajaba también el enviado especial de EL PAIS.

En el aeropuerto de Le Bourgel, a las seis menos cuarto, les esperaban un periodista español, otro de la emisora Europa 1 y una periodista de la agencia France-Presse. Finalizados los trámites de la aduana, los dos abogados fueron recogidos, en su coche, por la periodista de France-Presse, que también invitó a los dos españoles. Pero como éstos tenían un coche, todos se dieron cita en la agencia' France-Presse.

Pero cuando los dos periodistas españoles llegaron a la cita, los señores Castells y Berzosa habían desaparecido. Según manifestó telefónicamente a los dos periodistas españoles su colega de la agencia de prensa gala, «de repente no se sintieron seguros y, en un taxi desaparecieron». A los dos redactores de EL PAIS no pudo explicárseles lógicamente el porqué de la desaparición de los abogados.

A partir de ese momento, la vida y proyectos de los señores Castells y González Berzosa en París aparecen como un misterio, por lo menos para la mayoría de los informadores y corresponsales que, en la capital francesa, intentan seguir sus pasos. Se sabe que se han alojado, aunque sólo durante unas dos horas, en el hotel Normande. Pero, a partir de ahí, la pista se perdió, aunque se supuso que muy vigilados por los funcionarios de la policía francesa.

La posible razón de que los dos ,abogados madrileños desistieran de efectuar su contacto en la sede de France Presse sería que, a pesar de la reunión mantenida anteayer. en Madrid. entre directivos de esta agencia de noticias, la española Europa Press y un representante de la familia Oriol, los directivos de France Presse habrían considerado, a última hora, que la utilización de sus locales como punto de contacto y de una posible reunión entre negociadores y los GRAPO envolvería a la agencia en un asunto que, a pesar de su «sabor» periodístico y de su indudable interés, comportaba un gran número de riesgos que la empresa no estaba dispuesta a aceptar.

Otro contacto que, según se supo ayer, por medio de una llamada personal del embajador español, en Francia a la delegación de EL PAIS en la capital, fue el mantenido por éste con el ministro plenipotenciario de Argelia en París, en ausencia del embajador, recientemente operado y ausente de su puesto habitual por esta causa. Estos contactos, que se celebraron los días 16 y 17, estarían encaminados, según el mismo embajador, a lograr buenos oficios para contactar con posibles miembros de los secuestradores en Argel, que se suponían en esta ciudad, en función de la petición hecha por este grupo de trasladar a los presos.

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