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Comienza el funcionamiento del Centro de Estudios de la Energía

Juan Temboury, director-gerente del Centro de Estudios de la Energía, parece poseer una idea clara del objetivo a lograr: impulsar y favorecer la realización de proyectos de aprovechamiento energético inmediato, dejando de lado las elucubraciones y fantasías. Sin embargo, es el propio desarrollo del Centro el que habrá de confirmar las esperanzas en él puestas.

De momento, la puesta en acticoincide casi con el segundo aniversario de su creación (9-12-1974), después de muchos meses de absoluta inactividad. Esto refleja que sus creadores lo consideraron como un pretexto más para justificar una preocupación inexistente; como otra vía muerta.Ahora ha echado a andar. Sus objetivos son, a grandes rasgos, conseguir la moderación y reducción del consumo de energía, fomentar el desarrollo de nuevas fuentes y materializar la participación de España en la Agencia Internacional de la Energía (esta última función no estaba prevista en su creación). Inicialmente se piensa y se trabaja en el sol, como indudable fuente primera de aprovechamiento energético barato e inagotable. Pero España es rica también en otros recursos energéticos, como el calor de la corteza terrestre y los vientos que soplan en todas direcciones por todo el territorio. Estas otras dos formas de energía se aplican, desde hace años, en diversos países y de distinta manera.

¿Es ese el sitio adecuado?

Ubicar el Centro de Estudios de la Energía dentro (o, al menos, dependiendo) de la Dirección General de la Energía que, a su vez, está integrada en el Ministerio de Industria, puede no ser un acierto. La promoción de nuevas fuentes energéticas y la búsqueda de una reducción en el consumo son asuntos muy complejos y muypolíticos, que afectan a otros departamentos tanto como a Industria. Parece evidente que sería dentro de Presidencia del Gobierno donde se pudiera considerar más oportunamente colocado; la actual ubicación puede estar motivada por el deseo de simplificar relaciones colaterales y pretender eficacia, pero permite también que actúen sobre él los intereses privados filtrados a través de Industria. Precisamente ese reparto de representantes departamentales entre los vocales designados incluye personalidades que han hecho, en repetidas ocasiones, fe de pronucleares convencidos y de escépticos inequívocos ante las nuevas energías. Téngase en cuenta que en este Centro deben estar erradicados todos aquellos que piensan que «es irremediable recurrir a la energía nuclear» o que «las nuevas fuentes están todavía lejos...».Infundir, por otra parte, el espíritu «ingenieril» al Centro, a base del predominio de técnicos en su dirección puede. malversar, un tema que,ha de ser impulsado por políticos, científicos, juristas, etc., además de ingenieros.

Previsiones y cifras

El Centro de Estudios de la Energía debiera ser importante sujeto en la redacción y modificación del Plan Energético Nacional, según se desprende del decreto de creación. Es necesario que, tras medir sus fuerzas y capacidad, an.uncie en qué medida y proporción van a incidir las energías solar, geométrica o eólica en el consumo energético en 1985 y después. No es admisible trabajar al libre albedrío y sin responsabilidades de realizaciones. Hay que dar fechas, cifras, kilovatios, tecs.Es verdad que incluso esto necesita un tiempo para la reflexión y el análisis; pero no se vayan a dilapidar los meses investigando en lo que ya lleva años funcionando o buscando lo que es perfectamente conocido, El tema de las nuevas fuentes es tan viejo que no necesita apenas inventos, sino aplicaciones concretas.

Buen comienzo, en este sentido, el elaborar un catálogo o fichero con todo lo que hay en España ya sobre energía solar (fabricantes, instaladores, investigadores, etc.). Era la primera tarea y se ha hecho. En las próximas semanas podremos comprobar si el Centro se justifica y sirve. Porque las soluciones al Problema energético no solamente requieren hombres y medios: exigen una mentalidad distinta a la hasta ahora aplicada y que nos ha encadenado a crisis periódicas de escasez o encarecimiento. Es el momento de afrontar la posibilidad de una economía de la energía inagotable, sobre los principios de descentralización, aprovechamento múltiple y combinado y rechazo del gigantismo. En tanto las directrices políticas aplicadas a la energía no asuman estos postulados seguiremos bandeándonos entre la ineficacia y el parcheo apresurado.

El Centro de Estudios de la Energía

El un servicio público centralizado, sin personalidad jurídica propia y dependiente de la Dirección General de la Energía. Está regido por una Junta Administrativa constituida por:Presidencia: Dirección General la Energía. Vicepresidencia: Dirección general de Promoción Industrial y Tecnología. Director gerente: nombrado libremente por el presidente. Vocales: 7 nombrados por el presidente de la Dirección General Obras Hidráulicas, un representante del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, un representante del Ministerio de Hacienda, subdirector general de Combustibles (que actúa de secretario del Centro), subdirector general de Planificación Energética, dos representantes de la industria privada (sin designar aún).

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