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450 depurados de Telefónica piden su reincorporazión a la compañía

Un grupo de antiguos trabajadores de la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE), depurados en los años anteriores a la guerra civil, se han dirigido a EL PAIS para exponer la grave situación en que se encuentran, y el reiterado incumplimiento por la compañía -asi lo estiman ellos- de los reales decretos sobre anulación de sanciones administrativas y amnistía.

De los 1.500 depurados en la CTNE, en aplicación de la ley, de responsabilidades políticas, sobreviven 450. «Somos muy viejos y no queremos morir sin que se nos reivindique», afirman. «Pretendemos que se nos reincorpore a la familia de empleados de la compañía sin discriminación moral y material.»La discriminación para estos trabajadores -según sus testimonios- comienza con la no aplicación por la CTNE de un decreto del general Franco, de noviembre de 1965, sobre extinción total de responsabilidades políticas. Este decreto supuso el reingreso y jubilación de muchos depurados en los diversos ministerios.

Antonio Barrera de Irimo, entonces presidente de Telefónica, manifestó en una carta al procurador Fuentes Irurozqui, en 1968, que «las sanciones que se impusieron en su día no lo fueron por la empresa, sino por las autoridades que-las dictaron en aplicación de la ley de Responsabilidades», y que correspondía al Ministerio de Justicia aclarar en qué condiciortes podían revisarse los expedientes de depuración de la CTNE.

Años después, en 1970, tras muchas visitas, solicitudes y gestiones, la Telefónica insertó en su Boletín Interno un anuncio para que los depurados presentaran sus datos personales al objeto de estudiar su situación. De nuevo volvió el silencio sobre estos depurados, hasta que una carta abierta de Ballarín Marcial, publicada en Nuevo Diario, provocó la inmediata contestación de la CTNE, afirmando que «se están ultimando los detalles para coronar satisfactoriamente la situación de los depurados».

«¿Satisfactoriamente?», se preguntan los depurados. Ocho meses después, tras nuevas gestiones, se' les otorgó -nos dicen-, «como donación graciable, pura y simple, en consideración a haber ostentado en su día la condición de empleado de la empresa», una -cantidad mensual que oscilaba entre las 1.000 pesetas para los empleados de menor categoría, hasta las 2.900 para los ingenieros. Tales percepciones, por otra parte, no se las abonaba directamente la CTNE, sino una empresa de seguros. 1 De 1971 a 1973, siempre según los interesados, las citadas cantidades, a pesar de los aumentos en el coste de la vida, no sufrieron incremento alguno. Tras nuevas gestiones lograron que se les concediera un aumento del 15 %en 1974, y del 18% en 1975.

A la muerte del general Franco, el Rey, en diciembre, dictó un decreto por el que se indultaban las sanciones administrativas impuestas en 1939 por motivos políticos. «Solicitamos que se nos aplicase -dicen los depurados- y Telefónica nos contestó que nosotros no teníamos la consideración de funcionarios públicos.» Se dirigie ron, ante esta respuesta, a Presidencia del Gobierno, y el 18 de marzo último se acordó por decreto la extensión del indulto a los funcionarios de empresas de servicios públicos «por evidentes razones dejusticia». Con ello el Gobierno y el Rey, según estos trabajadores, disponían que sus expedientes fueran revisados de oficio y anuladas las sanciones impuestas en 1939.

A los siete meses de la aparición de este decreto, la CTNE ha comunicado a los depurados -según nos manifiestan- que «las cantidades que venimos percibiendo de la citada empresa de seguros como donación graciable, pura y simple, se nos aumentan en 7.500 pesetas mensuales». «Nos han aumentado la limosna», dicen. «pero no, senos ha aplicado el decreto».

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