Violencia en la campaña electoral

Una bomba de regular potencia hizo estallar esta madrugada en Povoa de Varzim, a 18 kilómetros de Lisboa, el conducto de agua más importante de los que abastecen la capital. El abastecimiento de agua a la capital portuguesa ha quedado reducido a un 10%, y las autoridades han hecho un llamamiento a la población para que utilicen el agua sólo para beber o en casos de estricta necesidad. Mientras tanto, se han producido incidentes en algunos mítines de la campaña electoral en Coimbra, Setúbal y Caparica. Por su parte, el ministro de Agricultura, Antonio Barreto, ha dado a conocer las bases fundamentales de lo que él denomina «la segunda reforma agraria»

Ninguna organización ha reivindicado aún el atentado contra el conducto del agua, pero en Lisboa se recuerda que en las últimas semanas se han producido actos de este tipo desde que comenzó la campaña electoral. El domingo, cuatro bombas hicieron explosión en las líneas férreas que unen Lisboa con las ciudades de Sintra y Cascaes.Se han registrado también actos de violencia en algunos «comicios» del Partido Socialista y del Centro Democrático Social (CDS). En Coimbra un mítin en que participaba el ministro de Educación, Sottomayor Cardia, unos doscientos estudiantes abandonaron el acto gritando consignas contra el dirigente socialista. La policía, fuera del local, cargó contra los manifestantes que protestaban por la política educativa del ministro socialista. Asimismo, parece que una caravana de automóviles en la que iba el primer ministro Mario Soares, fue insultada y abucheada en Setúbal.

Los incidentes más graves se produjeron en la «costa de Caparica», localidad residencial cercana a Lisboa, en ocasión de un comicio del Centro Democrático Social. Varios centenares de manifestantes se congregaron gritando «abajo la reacción. Los «centristas» reaccionaron, al parecer, disparando algunos tiros al aire.

A pesar de estos actos de violencia, la campaña electoral continúa y los socialistas aprovechan la televisión. donde está prohibida la propaganda electoral, para que su ministros expongan las líneas fundamentales de su política. Ahora le ha tocado el turno a Antonio Barreto, ministro de Agricultura, que afirmó que había comenzado la segunda reforma agraria y que había que desmantelar la máquina infernal organizada por la extrema izquierda en el Alentejo.