ENASA quiere imponer un "pacto social"

La dirección del grupo ENASA (Empresa Nacional de Autocamiones, SA, perteneciente al INI, con una plantilla aproximada de 13.000 trabajadores, distribuidos en centros de trabajo en Barcelona, Valladolid y Madrid) pretende establecer un pacto social con sus trabajadores, como paso previo ala negociación del convenio colectivo.Esta afirmación se sustenta en las condiciones previas fijadas por la dirección antes de entrar a negociar el convenio colectivo para las dos factorías de Barcelona. Entre estas condiciones figura el que los trabajadores garanticen un aumento de la productividad, de una parte, y unas horas efectivas de trabajo con el compromiso obrero de recuperar las horas perdidas por paros colectivos ilegales.

Ambas condiciones previas, junto con otras más ajustadas al régimen interno de la empresa, son interpretadas por los trabajadores como elementos de un pacto social que, de esta manera, les vendría impuesto en unas condiciones de falta de libertades políticas imprescindibles para el establecimiento de un pacto a nivel nacional en el mundo de la producción.

De aceptarse estas condiciones, la empresa entraría a negociar un aumento lineal bruto, para doce mensualidades, de 4.000 pesetas; un plan de jubilación desde los sesenta años con el 100 % de retribución, siempre que a ella se acojan el 90,% de los empleados:revisión semestral con el índice del coste de la vida, además de otras cuestiones de tipo económico y social.

Al margen de la negativa obrera a aceptar condiciones previas, la oferta patronal difiere de las reivindicaciones planteadas por los trabajadores, ya que éstas suponen un incremento lineal, para las catorce pagas que perciben en la actualidad, de 8.000 pesetas; un año de vigencia para el convenio, frente a los dos que la empresa negociaría; revisión semestral aplicando el índice del coste de la vida, más un 50 % de lo que éste represente; jornada semanal de cinco días (que la empresa también concede, a cambio de recuperar cada día 33 minutos), y treinta días de vacaciones.

Estas reivindicaciones son, concretamente, la presentadas por la comisión deliberadora de la factoría de Madrid (7.000 trabajadores), cuyos miembros, los mismos del jurado, son en su totalidad miembros de Comisiones Obreras (con predominio de comunistas). Las reivindicaciones presentadas por la comisión deliberadora de la factoría barcelonesa, que en medios laborales califican de próxima a la empresa, excepto en el caso de tres de sus miembros que pertenecen a CC OO, son similares a éstas, así como a las que en su día negociarán las plantillas de ENASA en Valladolid y de las oficinas centrales de Madrid.

Según señalan los citados medios laborales, la oferta empresa rial presentada para el convenio de barcelona se mantendrá los convenios de la factoría de Madrid, oficinas de esta capital y factoría de Valladolid, sin que la propuesta obrera de negociar un único convenio para todos los centros prosperara. Esta oferta está en la misma línea de la patronal que, a nivel del Estado, presenta una cierta estrategia común en sus planteamientos negociadores.

La conflictividad que late en esta situación se hizo ayer patente en la factoría madrileña (la más conflictiva, pese a contar en su haber con 129 despedidos desde que comenzara la lucha en 1964), cuya plantilla paró durante dos horas para celebrar una asamblea en apoyo a sus planteamientos reivindicativos.