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El cese de Viola mejora la imagen del Gobierno ante el referéndum

El cese de Joaquín Viola y el nombramiento por el Consejo de Ministros de ayer de José María Sócias-Humbert como alcalde de Barcelona es unánimemente interpretado como una medida conducente a incrementar la buena imagen del Gobierno Suárez ante los catalanes, en los momentos en que preceden al referéndum. Era, en efecto, imposible que tuviera credibilidad en Cataluña la imagen democrática del actual Gobierno y al mismo tiempo se conservara al frente del Municipio de Barcelona a una persona conocida por sus ideas de extrema derecha.

El cese del hasta ahora alcalde de Barcelona era esperado con interés e ilusión en los más variados ambientes ciudadanos, en los cuales Viola gozaba de altas cotas de impopularidad. Nombrado en unos momentos de endurecimiento del régimen franquista -hace ahora catorce meses- Viola entró en Barcelona con auténticos aires de personaje autoritario.Su anterior trayectoria política y su actuación le hicieron merecer el apoyo de la extrema derecha local -extraordinariamente minoritaria- aprobado por los gritos de aliento de varias docenas de ultras en ocasión de reducidas manifestaciones llevadas a cabo por estos sectores políticos.

En contraste con ello, asociaciones de vecinos, entidades profesionales y ciudadanos de toda clase solicitaron insistentemente la dimisión de Viola. Los gritos de Viola dimisión fueron sustituidos por otros -poco reproducibles- en los que la repulsa se conjuga con la ironía. El más público era Viola a la cassola (Viola a la cazuela).

Por lo que respecta a Socías-Humbert, se puede afirmar claramente que, goza de un prejuicio favorable. Bien conocido por su actuación en el terreno sindical Socías mereció desde ayer mismo un comentario favorable por parte de Soler-Padró, concejal de línea democrática -el único que junto con Eduardo Tarragonano aplaudió a Viola cuando éste pronunció el discurso de despedida-, quien manifestó a EL PAIS que «se trata de un hombre con imaginación y mano izquierda que puede ser la persona adecuada en esta etapa de transición».

El mismo concejal precisó que, por el contrario, Viola «será olvidado pronto: pasará como con Franc, y dentro de poco su gestión nos parecerá algo muy alejado en el tiempo».

El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona, Albert Pons también valoró muy críticamente la gestión de Viola, y manifestó a EL PAIS que «ha dejado a Barcelona peor de lo que estaba cuando tomó posesión del cargo. La misma fuente precisó que la mencionada Federación de Asociaciones de Vecinos organizaría una fiesta popular conmemorativa del cese de Viola el próximo día 19 de diciembre.

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