Cada vez somos menos y más viejos
Francia ha registrado 200.000 nacimientos menos desde hace dos años, desde que se aprobó la ley del Aborto. Esta es la declaración del profesor de Genética Fundamental de la Universidad de París, Jeróme Lejeune.
El tema vuelve a poner al rojo vivo una polémica restringida, hasta hace poco, a muy altos niveles: la del envejecimiento progresivo de la población. Especialmente en sus aspectos económicos: que una población activa cada vez menor, tenga que soportar a una población pasiva cada vez más joven y cada vez más numerosa. Europa, y los expertos lo saben, envejece con rapidez. Como envejece en general toda la raza blanca.
Las curvas demográficas tienen una dirección determinada y hasta podría decirse que tienen sus propios sistemas correctores cuando algo no va bien. (Después de una guerra nacen más hombres, por ejemplo). De pronto, la civilización y el desarrollo incluyen factores ajenos, y las curvas se trastocan.
Según el Instituto Nacional de Estadística, desde el año 1962 al año 1970 la tasa de crecimiento de la población de España fue siempre la misma: 1,06. Sin embargo, en general, y hablando de la raza blanca, la tasa va descendiendo de forma bastante llamativa: en 1912, la tasa era de 28 %. En 1940, era de 23 %. En 1970, era de 15,7 %. Y en 1973, de 12 %.Vamos a menos
Andrología
La andrología es la ginecología del hombre, si puede hablarse así. Recientemente se ha celebrado en Barcelona un amplio congreso sobre esta especialidad. Entonces el doctor Pomerol, andrólogo, nos dijo:
—Disminuye la fertilidad, sin duda, Y disminuye de forma espontánea sin que se sepa muy bien por qué. Influyen muchos factores. Quizá haya que buscar las causas en el tipo de vida que llevamos. Porque no cabe duda de que ese continuo stress, esa tensión de vivir que padecemos influye. La tensión psíquica continuada y sostenida produce infertilidad.
La situación que ahora se denuncia en Francia es más grave de lo que inicialmente parece. Un demógrafo de la categoría de Alfred Sauvy ya comentó que se iba hacia un país de viejos. Dentro de cincuenta años Francia será un país poblado por 45 millones de viejos. Y dentro de 125 años la población total de Francia será de diecisiete millones... de ancianos.
En España no tenemos proyección a tan largo plazo. Pero si pensamos que doce de cada cien parejas no pueden tener hijos, y que en 1972 —según datos oficiales— nacieron en España 385.406 niños, mientras que dos años más tarde ¡nacieron 2.000 niños menos!, podemos hacer cálculos. Estamos hablando, como es natural de números absolutos. Esta fue la primera vez que más matrimonios, han tenido menos hijos. No es que la cifra sea excesiva, ciertamente, pero es un síntoma. En especial si comprobamos las cifras de muertes en esos mismos años: 12.400 más. Es decir que mientras nacen 2.000 niños menos, mueren 12.000 personas más... La progresión por ese camino, parece bastante simple.
Quizá el caso de Hungría sea el más curioso del mundo. En 1957 Hungría autorizaba el aborto. Se colocaba en vanguardia. En 1962 Hungría empezó a preocuparse: «Vamos hacia un país de viejos.» En efecto, siete años después de la ley del Aborto. Hungría presentaba la tasa de crecimiento demográfico más baja del mundo: 12,9 por 1.000. Entonces todo cambió de signo. Empezó a decirse que el aborto era «una mutilación de la mujer». Y «un egoísmo creciente». El aborto dejó de ser gratuito... Pese a todo no creció la tasa de natalidad. En 1973 se anuló la ley de 1957 que permitía el aborto. Y más: del modelo de familia con uno o dos hijos, se pasó con promoción del Gobierno al modelo de padres con tres hijos.
Las palabras del profesor Lejeune, que asocia el aborto a este descenso de natalidad, y por tanto a la progresión hacia la vejez, pueden verse reforzadas con los nuevos métodos anticonceptivos. La última bomba en este sentido, viene de Suecia, y es un auténtico supositorio vaginal a base de prostaglandinas de síntesis. Elimina todo riesgo. Una vez al mes, la mujer puede ponerse su supositorio. Algunas molestias, pero nada más. A las veinticuatro o cuarenta y ocho horas tendrá una menstruación. Si estaba embarazada será un aborto. Si no, será el período de todos los meses. Nada más. Quizá por vez primera pueda hablarse de un arma contra la natalidad de forma absoluta.
En otro orden de cosas, el consumo de anovulatorios incide sobre la población y quizá sea uno de los factores correctores de la demografía blanca y de países desarrollados. Para dar una idea, en España, durante el año 1975 se vendieron 6.2000.000 envases, lo que aproximadamente supuso un gasto de 350 millones de pesetas. El consumo de la píldora ha aumentado en un año un 25 %.
Sea como sea, un hecho es cierto: el descenso de fecundidad está llegando a cotas gravísimas. Y eso se traduce en que cada vez somos menos y más viejos...
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