De la Mata explicó la reforma sindical a los empresarios

«Las libertades sindicales no se conciben sin libertades políticas, ya que estas, en definitiva, son esenciales para el ejercicio normal de los derechos sindicales», afirmó el ministro de Relaciones Sindicales, Enrique de la Mata, en el curso de la conferencia que pronunció dentro del curso de la Asociación para el Progreso de la Dirección.

Tras hacer una breve referencia al fenómeno sindical en términos genéricos, el ministro se refirió al sindicalismo español en los últimos años, poniendo de manifiesto la permanente disociación que ha existido entre el sistema económico, básicamente capitalista, y el sistema sindical, que partía de la superación de dicho modelo.Expuso después el agudo desfase existente entre la realidad y la legalidad sindical, resaltando que en tanto la legalidad impone la unidad, en la práctica existen diversas corrientes sindicales. Y que aun cuando la legalidad establece la convivencia en un mismo sindicato de empresarios y trabajadores, lo cierto es que en la realidad los intereses de unos y otros son distintos y generan organizaciones propias con plena autonomía.

Fijadas estas contradicciones y desfases, que plantean hoy la necesidad de una profunda revisión del sindicalismo español, el señor De la Mata pasó a exponer la reforma sindical. Una reforma que no se puede aislar de todo el contexto jurídico-político y que se inspira en los principios deja Organización Internacional de Trabajo. Se refirió a continuación, al contenido concreto de la reforma sindical, y en este sentido, señaló que ésta habría de abarcar la regulación del derecho de asociación sindical, la reforma de la Administración sindical y la reestructuración del Consejo de Economía Nacional.

Sobre el derecho de asociación sindical manifestó el ministro que la extensión con que queda regulado en el proyecto de ley remitido a las Cortes, es la misma con que se encuentra regulado en cualquier sociedad democrática.

El señor De la Mata resaltó que el proyecto reconocía la pluralidad sindical, pero que no se pronunciaba ni por ésta ni por la unidad sino que dejaba la elección a los empresarios y a los trabajadores. Añadienido, después, que las asociaciones sindicales debían tener su propia política, independiente de los partidos políticos.