Política en los barrios
EL PAIS.-¿Creen ustedes que la relación del movimiento ciudadano con los grupos, asociaciones o partidos políticos, es más o menos fuerte cada día?F. Migueláñez.- En tanto el movimiento asociativo tenga una extensión y también la tengan los movimientos políticos, esa relación aumentará. Los ciudadanos forman parte de los partidos, y a su vez las personas integradas en los partidos políticos son ciudadanos. Lo que habría que analizar es qué es un ciudadano en una asociación. Si es ciudadano o si antes es militante político. Esa relación tiene que ir aumentando en cuanto aumenten los militantes de los partidos y los militantes de las asociaciones, porque no creo que exista el ciudadano neutro. Normalmente, además de ciudadano se es trabajador y además se puede ser militante de un partido o debe tener ideas políticas aunque no esté en un partido. Es claro que si esa relación se entiende así está aumentando y seguirá haciéndolo, afortunadamente.
A. Murcia.- Todo el mundo está politizado; eso es un hecho, no lo podemos negar. El problema está en la funcionalidad que debe dárseles a las asociaciones de vecinos. Creo que deben ser organismos controlados por todos los vecinos que elijan libremente a sus representantes, y esto es lo que hay que garantizar siempre, con partidos o sin partidos. La cuestión de que estén más politizadas va en función del momento en que estamos.
A. Villanueva.- Creo que los plantemientos que se hagan sobre este tema en ningún momento pueden apartarse de la situación concreta del país. Los planteamientos que se hacen ahora estarían desproporcionados, políticamente hablando, hace cuatro años. Hay que tener muy claro que el Gobierno lleva una política de reforma en la que acepta organizaciones políticas y es evidente que no puede aceptarlas excluyéndolas de su participación en el movimiento ciudadano. En países democráticos, los líderes de partidos políticos participan en la Administración. España no va a ser algo al margen de esto; concebimos la democracia en el sentido de que pasa por un juego total de los partidos. Es mi opinión que hasta el momento, el movimiento ciudadano ha estado muy desatendido por las organizaciones políticas. De otra parte, las luchas del movimiento ciudadano han estado marcadas, de tres años a esta parte, por la presencia de partidos políticos a través de sus militantes. Si esto se desarrolla cada vez más, pienso que las organizaciones políticas, no sólo las de oposición, van a desarrollar cada vez más su participación. Es claro que el movimiento ciudadano es y ha de ser, sin embargo, un movimiento totalmente autónomo que debe rendir cuentas de sus tareas y sus trabajos al conjunto de los ciudadanos.
Organismos autónomos
J. Rebollo. -Ante esta pregunta hay que despejar unas incógnitas fundamentales. Una de ellas, como se acaba de decir, es que las asociaciones de vecinos son organismos autónomos creados por los propios vecinos y que en ningún momento deben ser correa de transmisión de partidos políticos. En segundo lugar, es claro que dentro de estas organizaciones ciudadanas, pueden y deben estar representados los partidos a través de los vecinos. Cualquier vecino puede estar en cualquier asociación, desde comunistas a falangistas, quizá en esto estribe su autonomía e independencia. Otra incógnita a despejar sería el hecho de si las asociaciones de vecinos están polítizadas. Entendemos que la situación del país propicia una politización creciente. Si estar politizado significa luchar por la libertad de las asociaciones y del pueblo en general, nos decidimos totalmente por estar politizados. Los partidos políticos deben decir mucho en la vida del país, y entre ese mucho está todo lo que concierne al movimiento ciudadano de los vecinos. Lo que no es válido es que los partidos conviertan, a través de sus militantes, a la Federación o las asociaciones en eslabones para sus propios fines.C. Sobrino.- Es importante ver por qué las asociaciones, en un momento determinado, luchan por un Ayuntamiento democrático. No es que en un momento determinado alguien diga que una asociación debe luchar por conseguirlo. Creo que ha sido la Administración la que, en un momento determinado, cuando las asociaciones luchaban por conseguir una serie de mejoras en los barrios, ha respondido con la represión de esos intereses. El pasado día 1, en la asamblea, estábamos ejerciendo unos derechos de reunión y expresión que el Gobierno Civil no quiso reconocer. Ante esta postura las asociaciones deben responder con la exigencia de esas libertades. La necesidad de unos ayuntamientos democráticos nace de las veces que estos organismos han respondido con el silencio a nuestras preguntas y peticiones.
EL PAIS.- ¿En qué forma ha repercutido esta relación del movimiento ciudadano con los diferentes partidos políticos a la hora de captar socios para las asociaciones?
F. Martos.- Opino que el hecho de que haya militantes políticos en las asociaciones influye en la marcha de éstas, pero en absoluto en la aceptación de los vecinos hacia la asociación. Los vecinos se asociarán o no por las actividades que desarrolle la asociación, no por las que dentro de ella desarrolle una determinada persona. No es cierto que los vecinos tengan miedo a que haya un militante de tal o cual partido. Lo que sí es cierto es que la Administración se ha encargado constantemente de decir que las asociaciones están politizadas, como si fuera algo malo, ha dicho que aquéllos están para manejaros, como si la gente se dejara manejar. Los vecinos saben muy bien por qué se mueven y muestra de ello son los movimientos de masas en busca de solución a sus problemas, véase plan parcial de Palomeras o el Pozo, viviendas en San Blas, etc. En ese momento a los vecinos les importa poco que esté por medio el dirigente máximo de un partido. Si hay miedo es porque la Administración se encarga de que en todos los actos haya policía y fuerza armada, que es lo que asusta a la gente.
Partidismo
A. Villanueva.- Creo que los militantes de cualquier organización política se van a descalificar de hecho si en un movimiento ciudadano lleva una concepción partidista, si las concepciones de su organización no coinciden plenamente con las reivindicaciones de los vecinos o no hacen participar a los vecinos del conjunto de sus problemas.F. Martos.- Un militante de cualquier partido se desprestigia políticamente no cuando intenta hacer política partidista, sino cuando intenta aplicarla en contra de la voluntad de las masas.
A. Murcia.- Quiero añadir que el ingreso en una asociación de vecinos es lo menos burocrático que se pueda imaginar. No hay nadie que fiscalice el ingreso de los vecinos. A otro nivel debemos añadir que la estructura autoritaria que hemos tenido durante cuarenta años ha sido totalmente enemiga de que los vecinos se organicen, y las actuaciones actuales de políticos reformistas no ha cambiado sustancialmente el panorama de sanciones, desautorizaciones y clausuras.
J. Rebollo.- Durante mucho tiempo se ha tenido miedo a la manifestación política clara, se ha preguntado de qué partido es Fulanito, casi con temor, pero la situación actual es completamente diferente. Muchos vecinos tienen,interés en saber qué es lo que opinan los políticos o qué es lo que ofrecen los partidos. Un ejemplo claro de esto son las charlas políticas que se han celebrado en Aluche, con asistencia masiva de gente que quería conocer quién es y qué piensa Ruiz Giménez, Sánchez Montero, Paco el cura o un socialista. Finalmente creo que debe haber diferentes posturas u opciones políticas dentro de una misma asociación; son necesarias.
EL PAIS.- El personalismo dentro del movimiento ciudadano, como consecuencia de esta politización de que se hablaba y de la penetración política en los barrios, es uno de los argumentos sobre los que más se ha hablado y más se ha criticado. ¿En qué forma beneficia o perjudica este personalismo, cómo ha funcionado y qué hay de cierto en las críticas?
A. Villanueva. -Creo que el personalismo.por principio no suele dar buenos resultados; sin embargo, dentro de las asociaciones y de Federación este tema habría que analizarlo en cada situación concreta. Pienso que en Federación ha habido cierto personalismo en determinados miembros de su junta directiva, fundamentado por una situación real que lo ha determinado. Es evidente que cuando una junta directiva, como la anterior de Federación, se compone de once personas y no funcionan nada más que cuatro, hay cuatro personalismos. Eso justifica en cierta forma que el personalismo se haya podido dar. Ahora bien, en el caso concreto de la necesidad política del momento y la tarea que tiene el conjunto del movimiento ciudadano, interpreto que el personalismo debe ser combatido en la práctica. El conjunto de Federación se compone de veintiuna personas que deben tratar los temas en común y que hará que el personalismo deje de existir en las tareas fundamentales y decisiones de última instancia. Si bien es cierto que el personalismo en el movimiento ciudadano lo ha podido perjudicar, no es menos cierto que este personalismo ha hecho que las tareas sigan adelante a cal y canto. Hemos estado ante situaciones en las que se cuestionaba el ser o no ser del movimiento ciudadano, el desaparecer o no y sólo grandes dosis de personalismo han servido para mantener el movimiento ciudadano.
Suprimir personalismos
A. Murcia.- Precisamente se están tomando medidas para subsanar estos problemas. En el pleno de delegados del 2 de noviembre, lo que todo el mundo asumió como factor que potenciaba el funcionamiento de Federación y eliminaba personalismos era dar hegemonía al pleno de delegados. Por otra parte, el mejor modo de concluir el proceso constituyente de cara a las elecciones sería que cada asociación mandara sus representantes.F. Martos.- Ya Antonio Villanueva ha analizado los posibles fallos del movimiento ciudadano por personalismos, pero creo que también hay que ver que en muchos momentos la Administración ha querido hacer en una, dos o tres personas un escarmiento e imponer unas sanciones con las que han intentado enfrentar a los vecinos con personas que, de alguna manera, han dirigido y se han preocupado bastante del tema. Por eso creo que el personalismo ha sido destacado y luego atacado por las propias autoridades.
F. Migueláñez.- El personalismo creo que, en tanto es consecuencia de los deseos de un grupo, no es más que una forma mecánica de expresarse ese grupo. Por eso opino que el personalismo no es ni negativo ni positivo, sino necesario en cuanto expresa una mecánica y no otra, no es un asunto criticable o encomiable, sino que es así. Empieza a ser peligroso cuando actúa desligado de los intereses del grupo a que representa, pero si no es así, no estoy en absoluto de acuerdo en suponer que el que sean más o menos elegidas las personas suponga que tengan más o menos personalismo.
J. Rebollo.- Pienso que este tema de que se está hablando se puede dar en una falta de libertad. Se hace mucha demagogia con esta cuestión y el asunto está claro. Si no tenemos facilidad en encontrar unas organizaciones y unas estructuras y una libertad para poder desarrollarnos, seguro que los hombres más destacados tendrán que ser los más personalistas. Creo que la libertad de actuación tenderá a eliminar completamente estos personalismos.
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