Lo que va de ayer a hoy
Ayer tarde, RTVE, en su loable intento de europeizarse en cuanto a acontecimientos deportivos importantes se refiere, ofreció un plato fuerte futbolístico: el Italia-Inglaterra, clasificatorio para el Campeonato del Mundo de Argentina, desde el Estadio Olímpico de Roma.Por cierto, fue una transmisión en diferido, porque el encuentro dio comienzo antes de las cuatro y media programadas aquí. Pero es de suponer que las protestas de los acérrimos del «directo» no se habrán escuchado esta vez. Si acaso, porque nunca llueve a gusto de todos, las quejas vendrían por la hora. Volvemos al eterno problema. ¿Qué hora es buena de emisión? Por la noche sería nefasto para poder repetir en el futuro. Con los domingos y los miércoles europeos ya está bien. Al no aficionado -que los hay- no se le puede «obligar» a ver fútbol en su velada nocturna. Si hablamos de europeizarnos, en Europa a las cuatro y media ya se piensa en cenar y el fútbol puede ser el aperitivo. Aquí, el que no ha terminado su jornada, acaba de iniciar la de su pluriempleo.
La solución, desde luego, no es fácil. Menos mal que los momentos políticos actuales permiten albergar más esperanzas que nunca, incluso en este tema.
Y precisamente por eso, porque el cambio está sobre todas las cabezas, a la vez que alabamos la iniciativa televisiva de ofrecer un partido como el de ayer -al margen de su resultado, pero en teoría interesante al máximo- vaya nuestra mas enérgica protesta por el grave daño que se volverá a hacer hoy al resto de los deportes. ¿Por qué se transmite nuevamente un encuentro de la fase previa de la Copa de Europa de Baloncesto del Real Madrid? ¿Qué interés tiene comprobar cuántos puntos por encima de los cien logra el equipo blanco ante un rival tremendamente inferior? También hoy, y más de uno -seguro- con posibilidades de transmisión se celebran partidos importantes de la misma competición continental.
El actual campeón, sin ir más lejos, el Mobilgirgi italiano, vencedor del Madrid en la última final del torneo, jugará un dramático partido en Estambul.
La baja de su americano Morse le ha llevado al borde casi. de la eliminación en la fase previa, amén de perder partido tras partido en la Liga de su país. Este sería un encuentro de gran interés. Incluso el Olympiakos griego-Sinudyne, igualmente italiano o el Dinamo rumano-Maccabi israelita, dos partidos del mejor, grupo de la fase previa. Dejémonos ya de una vez de «amiguetes». Un acontecimiento no sólo interesa cuando intervienen españoles, sino por la importancia en sí del acontecimiento.
Raimundo Saporta ha hecho mucho por el baloncesto español y por su club, el Real Madrid, pero ante un supremo interés del aficionado ni él ni nadie puede permitirse seguir ejerciendo sus influencias.
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