Francia, dividida en dos grandes bloques políticos

El aguijón de las siete legislativas parciales del domingo último ha dado impulso a la precampaña electoral con vistas a las municipales que se realizarán entre el 13 y el 20 de marzo próximo. Aunque la significación de los resultados sea relativa, todos los observadores, como los medios políticos, convienen en que se han confirmado las tendencias que venían observándose desde las cantonales de marzo pasado: La bipolarización política del país.Por otra parte, la política económica del Gobierno sigue alarmando: las estadísticas del mes de octubre revelaron que el paro ha alcanzado un récord, superando el millón de obreros sin trabajo. Según la central sindical (CGT), llega a millón y medio. Sólo 700.000, aproximadamente, son indemnizados y únicamente el 7,8 % cobra el 90 %.

El partido «chiraquista» (más que gaullista), UDR, como los demás partidos, analizó los resultados del domingo, para felicitarse de su «fuerza movilizadora», lo que a sus ojos justifica el llamamiento del antiguo primer ministro que se concretará en el congreso extraordinario de la UDR, el próximo 5 de diciembre, y que apunta no sólo a ciertos votantes de la izquierda sino también «a los electores desorientados» de la mayoría, es decir, según el portavoz de la UDR, a los partidos centriltas que sostienen al presidente.

El Partido Comunista reconoció, en un comunicado, su retroceso en algunas circunscripciones, subrayando que la solución no puede estar más que en la aplicación de la política definida en el XXII congreso (abandono de la dictadura del proletariado) con «más iniciativa y tenacidad».

El triunfo del Partido Socialista nadie lo discute por apabullante. Incluso la pérdida de algunos votos, por parte del PC, se considera relativa, ya que tampoco antes el electorado de las circunscripciones, todas en manos de las derechas, le favorecían. Por otra parte, en una de ellas, progresó sustancialmente.

La coincidencia es general, sin embargo, en apuntar a Giscard d'Estaing cuando se busca el perdedor: él ha perdido, explicaba el diario independiente, Le Quotidien de París, porque la izquierda, globalmente, ha progresado. Ha perdido porque la corriente gaullista-chiraquista se impuso en detrimento de los partidos más giscardianos de la mayoría. Ha perdido porque su partido, el de los republicanos independientes, sufrió una derrota evidente.