Córcega, convertida en una "isla muerta"

A última hora de la tarde de ayer, la jornada isla muerta en Córcega culminó con una manifestación en Ajacio. La ciudad se había paralizado completamente. A lo largo del día, en toda la isla, las consignas de los grupos autonomistas fueron ampliamente seguidas.

El Comitá Antirepresión, varios movimientos autonomistas y el Comité de organizaciones democráticas, que agrupa a los partidos de izquierdas y a los sindicatos (CGT y FEN), también de izquierdas, fueron quienes hicieron el llamamiento al pueblo corso. La jornada tenía el propósito de obtener la libertad de las cinco personas detenidas el 8 de septiembre último, después del atentado contra un avión de Air France, en el aeropuerto de Ajacio.Este nuevo chispazo del problema corso se produjo en vísperas del examen, por un tribunal de Lyon, de la petición de libertad de los cinco presos. Dicho tribunal, se reunirá hoy. Ayer se suponía que la explosión de dos artefactos en otros tantos autobuses de la TV francesa estacionados en el puerto, también estaba relacionada con la detención de los autonomistas. No se produjeron víctimas personales, pero los destrozos se calcularon en varios cientos de miles de francos. Un equipo de TV, de París, había llegado a Ajaccio para hacer emisiones especiales a lo largo de la semana, con intervención entre otras «vedettes», del célebre cantante Tino Rossi, nacido en Córcega, ídolo de la isla y simpatizante de la política del Gobierno de París.

«Moriré como un buen corso»

Dos de los detenidos en Lyón se encuentran en mal estado de salud, como consecuencia de la huelga de hambre que iniciaron el último 21 de octubre. Otro sufre de una úlcera. Uno de ellos, Dominico Alfonsi, escribió una carta el pasado domingo al médico de la clínica, afirmando : estoy dispuesto a llegar hasta el final. He pedido un sacerdote para morir como un buen corso, como un buen cristiano y como un buen socialista.Las autoridades oficiales de Córcega declararon ayer que la jornada isla muerta y la destrucción del equipo técnico de TV, que obligó a suspender todas las emisiones, tenía un sólo objetivo: impedir lo que pueda dar una imagen tranquila de la isla a los ojos de la opinión pública.