Francisco Pi de la Serra,
uno de los grandes de la canción catalana, parece que, por fin, podrá cantar en Madrid, en un local suficiente, tras seis años de intentos fallidos. «Hay que desmentir esa supuesta liberalización respecto a los recitales -dice- Se suspenden tantos como antes, si no más. Y cuando se hacen, después de mucho pelear, pueden imponer una multa escandalosa a los organizadores. En esas condiciones, arriesgarse a preparar un espectáculo en serio -concluye- es todo un ejercicio de kamikaze.»
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