Westinghouse, de Madrid, será un "taller de reparaciones"
Treinta y nueve trabajadores de la factoría madrileña Westinghouse, SA, han recibido una notificación de la Delegación de Trabajo por la que se aprueba su despido, alegando el momento económico «difícil» por el que está atravesando la empresa. Esta resolución de contrato había sido previamente pactada entre la parte económica y la social, con el derecho por parte de los trabajadores a recibir las correspondientes indemnizaciones y el cobro del seguro de desempleo durante año y medio.Los nuevos despidos vienen a sumarse a las 49 bajas que, por idénticos motivos, tuvieron efecto el mes de septiembre último, con lo que la plantilla inicial de trescientos trabajadores ha quedado considerablemente reducida, con la finalidad, según palabras del director de personal, señor Jaén, de convertir la factoría madrileña de Westinghouse en un "taller de reparaciones con un máximo de sesenta empleados».
El cambio de estructura de la fábrica se debe, según el señor Jaén, a «las cuantiosísimas pérdidas del centro de Madrid, cuya supervivencia amenaza con llevar a la ruina a toda la sociedad».
Sin embargo, la opinión de los trabajadores no coincide con la de su director de personal. Fuentes laborales aseguran que la actual crisis económica en la que basan los despidos es «ficticia», o cuando menos «provocada por los mismos directivos». Estos informadores señalan que ha sido la dirección de la empresa quien ha conducido conscientemente la factoría de Madrid a la situación de nula rentabilidad actual con la puesta en práctica de una mala política administrativa.
Según los trabajadores «es imposible sacar beneficios de una fábrica a la que están continuamente cambiando las líneas rentables y enviando otras líneas que no suplen las anteriores y son las menos productivas de la sociedad». La dirección de la empresa, que acusa graves penalizaciones a causa de entregar los pedidos con un retraso considerable, es la única responsable de esta mala política administrativa, así como de entregar trabajos propios de la fábrica a otras pequeñas empresas, manteniendo de esta forma a trabajadores en situación de improductividad, hecho éste que el jurado de empresa puso en conocimiento de la Delegación de Trabajo.
Por su parte, el jurado de empresa, en un informe presentado ante la Delegación Sindical, hace constar su hipótesis de que la conducta de la empresa «está motivada por unos intereses relacionados con la construcción de centrales nucleares en España cuyo mercado, por su volumen económico, le interesa más que la actual producción». Sin embargo, la empresa no ha confirmado tal supuesto, Lo que sí ha confirmado es que la Westinghouse madrileña será para el año 1977 un «taller de reparaciones».
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