Para limitar la tensión hay que frenar la ambición personal
El estrés es todo un símbolo para nuestra cultura. Nuestro funcionamiento de cada día, en el trabajo, en la calle, en casa... salta convertido en síntoma con el aumento de nuestra ansiedad. Esa ansiedad que lleva a tantos a enfermar fue el motivo de un encuentro en Madrid entre especialistas. Aubrey Kagan, Mariano Yela, Juan Rof Carballo, Faustino Cordón, Rodríguez Delgado, entre otros, reflexionaron durante una semana en Madrid sobre una cuestión que preocupa al hombre de la calle: la ansiedad, la enfermedad del agobio, la prisa y la tensión constante... ¿son necesidades de la cultura y el trabajo o maldiciones?
Stress es una palabra inglesa que expresa alteración, disturbios, en el funcionamiento del organismo. Se trata de alteraciones que aparecen cuando algo ataca el organismo; en otras palabras, cuando la situación se hace difícil para el ser viviente. Las agresiones del exterior que hacen que el organismo entre en situación de estrés pueden ser de las más variadas: golpes físicos, accidentes, enfermedades, frustraciones, conflictos psíquicos... Estos son los factores responsables del estrés.El INI (Instituto Nacional de Industria) y el Instituto de Ciencias del Hombre han sido los patrocinadores de una convocatoria en torno al estrés. Durante una semana, diversos especialistas han intentado profundizar en la relación que pueda haber entre el estrés y la vida que llevamos. Más en concreto, se trataba de estudiar la relación entre el estrés cada día más frecuente y las condiciones en que se desarrolla nuestro trabajo. «En el mundo clásico -dijo Rof Carballo- sólo los esclavos trabajan.» Y, claro, el estrés se reduce a un problema de esclavos. Pero hoy las cosas han cambiado y el record de estrés lo baten los ejecutivos, los políticos, los empresarios... y en general todos aquellos que, de un modo u otro, se convierten en esclavos de su trabajo.
«Se ha pretendido -continuó Rof Carballo- que el trabajo sostenido, intensivo, cotidiano, podría ser una anomalía de la civilización contemporánea,quizá incompatible con la fisiología humana. Esto se ha aducido como esbozo de explicación de la llamada fatiga neurótica, como una defensa anticipatoria frente a esta concepción del trabajo.»
Entonces, se pregunta uno, ¿lo de trabajar tiene solución? Porque al parecer lo que cansa, destruye, y nos provoca estrés no es el hecho mismo de trabajar sino el cómo se realiza nuestro trabajo. Más breve: lo que pasa es que no sabemos trabajar.
Una respuesta crítica
Pero biológicamente, ¿qué es el estrés?Su termómetro es como el signo que precede a una respuesta creadora frente al conflicto. «Hemos aprendido que el estrés, en mayor o menor medida, es consustancial a la vida misma», diría Juan Miguel Antoñanzas, presidente del INI. Puede originarse tanto por situaciones dolorosas como por impactos satisfactorios. Debemos situar, pues, el estrés en su verdadero sentido de alteración de nuestro equilibrio, como un estado de tensión no sólo física, sino también intelectual que nos permite afrontar, como de hecho ocurre en muchos casos, situaciones de especial dificultad en el momento de una decisión vital.»
Decisiones vitales para un gato son las reacciones que tiene que afrontar ante la agresión de un perro. Un célebre fisiólogo, Walter B. Cannon (1871-1945), estudió a fondo la relación entre lo que sucede a nivel emocional y lo que sucede a nivel del sistema simpático en el organismo, tomando como referencia el ataque del perro al gato. En los ojos del gato, las pupilas se dilatan y las membranas se retraen. La función digestiva se inhibe. El pelo se eriza. El número de glóbulos rojos que circulan en la sangre crece considerablemente como resultado de la contracción del bazo. Esa será la manera de suministrar más oxígeno a los músculos que van a actuar. Se estimula la producción de adrenalina. La glucosa -el combustible- se moviliza en la corriente sanguínea desde el almacén de glucógeno en el hígado. Todos estos síntomas son el reflejo de la activación del sistema simpático. Cannon demostró que este plan de emergencia aumenta la resistencia al estrés e intensifica las capacidades defensivas del organismo.
Las causas
La enfermedad es «siempre resultado, expresión, de un conflicto o desequilibrio entre el organismo del ser vivo enfermo (entre su acción y experiencia) y la totalidad interactuante (el sistema cerrado)». El estrés consistiría en la ruptura del equilibrio de un animal o el hombre tal que «provoca, secundariamente -continúa Faustino Cordón- trastornos en la coordinación de las células subordinadas».Rodríguez Delgado afirmaría que «en parte, las causas del estrés están en un uso deficiente de la realidad por parte de los seres humanos en el mundo de hoy, y en una falta de adecuación entre la capacidad mental y el entorno físico-social».
«Seguramente es indeseable que tengamos que volver todos a la granja en la montaña -concluiría Aubrey Kagan-. Más bien creo yo que se trata de adecuar nuestra educación, la educación de nuestros hijos, más a la realidad humana que a la realidad industrial moderna... La escuela occidental entrena a los niños para la competencia y la agresión...»
Resumiendo, «hay que aceptar la inevitabilidad del estrés en la vida contemporánea a la que no podemos renunciar», pero también hay límites a las ambiciones personales.
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