Roces entre los miembros de la Corporación de Alcorcón
El pleno municipal celebrado el jueves en Alcorcón invirtió cerca de cuatro horas en tratar seis asuntos, y estuvo sembrado de pequeños incidentes. El concejal Santiago Casero protestó por el hecho de que la documentación de los temas se pone muy tarde a disposición de los concejales, con lo que se puede ir a pleno con una idea clara de lo que se va a tratar, y se producen discusiones de hasta una hora sobre detalles sin importancia.
El concejal señor Alcocer insistió en que las comisiones municipales deben reunirse por lo menos una vez cada quince días. Por su parte, el alcalde, Manuel Mariño, contestó al primero que se tomara más interés, porque la documentación está disponible a cualquier hora. El señor Mariño cortó varias intervencionesEl primer punto del orden del día consistía en decidir el pago o no al actual secretario del Ayuntamiento, Justo Hernanz, de una liquidación presentada por él mismo y que suponían cerca de tres millones de pesetas. Justo Hernanz fue separado de su puesto cuando el anterior alcalde, Ramón Godino, le acusó de supuesta malversación de fondos y falsificación de documentos. Este verano, la Audiencia Provincial le absolvió de los cargos, y se ha reincorporado al Ayunta miento. Ahora pide que se le abone su sueldo de estos años. Se decidió enviar la liquidación presentada a los Servicios de Inspección de la Administración Local, y a la notaría de Blas Piñar, para comprobar si era correcta.
El segundo punto consistió justamente en dos escritos de Ramón Godino pidiendo se invalidara la reincorporación del secretario, ya que, según los mismos, se produjo cuando la sentencia aún no era firme, y en una sesión en la que el mismo Justo Hernanz actuó ya como secretario. Ambos escritos entraron en el Ayuntamiento el 29 de julio, y el concejal señor Vergara protestó por no haberse presentado hasta ahora, y justamente como segundo punto del orden del día, cuando el primero trataba también, y precisamente, de la incorporación definitiva del secretario, insinuando que parecía como si hubiera una intención oculta de silenciar ambos escritos al resto de la corporación.
Acabados ya los temas de carácter interno, se aprobó la compra de un camión compactador de basuras, en 2.300.000 pesetas. Algunos concejales se lamentaron de que no viniera al pleno un informe técnico de los peritos industriales, para conocer cuál era el más adecuado. Por su parte, el interventor advirtió que el Ayuntamiento estaba agotado en cuanto a recursos financieros, y que incluso en letras mensuales de 65.000 pesetas se podrían presentar problemas de pago.
En el capítulo de ruegos y preguntas, prácticamente todos los concejales plantearon alguna, y varios de ellos insistieron en la poca agilidad municipal, que comienza a gestionar un asunto y luego se olvida de él. Se pidieron aclaraciones sobre las instalaciones del ferrocarril Aluche-Móstoles, que en Alcorcón han podido ocupar alguna zona verde, se preguntó si ya se había escriturado con Renfe la concesión de la línea de alta tensión, decidida hace meses. Se preguntó sobre el estado de los proyectos de pavimentación de varias calles, y sobre el de alumbrado público. Sobre el estado del expediente de aprobación del Plan de Ensanche Urbano, enviado a Coplaco hace meses y del que no se ha vuelto a saber nada. También hace tiempo se adjudicó a una empresa la colocación de papeleras en el pueblo. La empresa no ha cumplido en los plazos previstos, y el Ayuntamiento no ha vigilado ese cumplimiento. Se inquirió sobre un acuerdo tomado hace varios meses sobre el empadronamiento para el cobro de las contribuciones urbanas, y varios temas más.
El alcalde, un poco molesto por el aluvión de preguntas, pidió que se acabaran las intervenciones, «o el próximo pleno lo único que haremos será contestar ruegos».
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