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"El equipamiento cultural de los barrios es tarea prioritaria de los jóvenes"

La efervescencia del movimiento juvenil madrileño durante las últimas semanas ha quedado amortiguada tras la celebración de una reunión a la que no asistieron lodos los organismos que en principio se pudo esperar. Quizá uno de los problemas fundamentales de estas entidades sea, al margen del puramente político, el de encontrar unas directrices coherentes a su movimiento reivindicativo, que atraiga a los jóvenes hacia el movimiento asociativo.

«La Asociación Democrática de la Juventud, con poco peso especifico entre el movimiento juvenil madrileño, se opone a la celebración de una asamblea en la que el grueso del movimiento juvenil pueda decidir su futuro en lo que respecta a un organismo que, unitaria y democráticamente, pueda representar las inquietudes de los jóvenes y encauzar sus objetivos que hoy están difuminados en varios frentes que hacen la guerra por su cuenta, sin tener en cuenta a la base y arrogándose representaciones que nadie les ha dado».

Santos Ruesga, miembro del club Buenos Aires, de Palomeras, enjuicié así la postura de la ADJ de cara a la celebración de una asamblea en la que, durante los preparativos, se atacó entre otras a la Coordinadora de Entidades Juveniles desde diversos frentes, incluido el de las asociaciones juveniles de la zona centro, encuadradas en la Delegación Nacional de la Juventud, dependiente de Secretaria General del Movimiento.

La asamblea de jóvenes fue propuesta por estas asociaciones de la zona centro y divulgada por la Coordinadora de Entidades Juveniles. En aquella reunión, a la que asistieron bastante menos de las asociaciones que en principio se pudo suponer, se debía haber convocado a más de cien clubs secciones y asociaciones y decidir la forma en que el funcionamiento de las entidades juveniles debería continuar. También se deberían estudiar algunas propuestas, como la celebración de una semana de la juventud en la que de forma masiva, participaran todas las entidades.

- ¿Por qué esa reticencia de la ADJ a celebrar la asamblea?

- Desde un punto de vista político es lógica su postura ya que la creación de un organismo plenamente aceptado por los jóvenes de todas las entidades, haría decaer aún más su penetración en estas entidades y su capacidad de convocatoria. En definitiva, puede relegarlos.

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- ¿Se trata entonces de despolitizar o al menos aglutinar todas las tendencias políticas?

- Se trata, efectivamente, de dar cabida a todas las ideologías, sin exclusiones y sin ningún tipo de discriminación que es lo que actualmente atomiza de forma notable el esfuerzo colectivo. No se trata de apoliizar porque la inquietud política, de diverso signo, existe de forma clara. No se está en contra de que el movimiento juvenil sea un conjunto socio-político y, en consecuencia, el organismo que aglutine libremente a todas estas fuerzas deberá tener un carácter socio-político. Lo que no queremos es que se monopolice políticamente este movimiento.

En busca de caracteres propios

Los planteamientos de que parten algunos clubs y asociaciones juveniles en la actualidad, tienen un elevado margen de similitud con las propuestas y reivindicaciones del movimiento ciudadano en general. A excepción de la preocupación por la falta de equipamiento deportivo en sus respectivos barrios, muchos de estos organismos coinciden en sus peticiones con las de la asociación de vecinos, la de cabezas de familia o amas de casa de la zona.

- ¿Cuál es su opinión respecto a las características propias que deben tener las entidades juveniles en cuanto a sus reivindicaciones?

- Está claro que, por lo general, la gente joven no se identifica con los problemas básicos de su barrio por entender que esta es una tarea de los cabezas de familia, de las amas de casa y. en todo caso, de los jóvenes integrados en estas asociaciones. Pero sí hay problemas específicamente de los jóvenes. Uno de ellos pudiera ser el paro juvenil, aunque, en alguna forma, también se inserta dentro del problema global del paro. Sin embargo, en mi opinión el deficiente, cuando no nulo, equipamiento cultural de los barrios es un tema de preocupación preferente para los jóvenes en su responsabilidad directa, al igual que el equipamiento deportivo de que antes hablabas. Pretendemos crear un instrumento de presión, que englobe todas las inquietudes y aborde la raíz del problema. Los clubs son interclasistas, no representativos del barrio. Hay que crear vida colectiva juvenil para que los problemas planteados, a veces mínimamente, calen. De cualquier forma no es un sector homogéneo y se dan grandes diferencias en cuanto a la dinámica de las diversas entidades.

La disparidad de criterios barajados en las últimas semanas de cara a una asamblea que no resolvió nada más que la creación de una comisión preparatoria, de otra reunión, es reflejo de la situación actual del movimiento juvenil que, en opinión de varios jóvenes, hace agua por diversos conductos sin que hasta el momento, a diferencia de lo que ocurre en el movimiento ciudadano, se pueda entresacar una línea coherente de actuación. La lucha soterrada por crear un protagonismo se diluye en el escaso apoyo que estos intentos obtienen.

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