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En el choque del Metro, sólo heridos leves

Dos heridos de pronóstico reservado, Henar Montejo Velasco y Francisco Martínez Campos, y una cifra que oscila entre los treinta y los treinta y cuatro heridos leves, fue el balance del alcance en el que dos trenes de la Compañía Metropolitana, que efectuaban el servicio Alfonso XIII-Argüelles, chocaron a 100 metros de la salida de la estación de Serrano poco después de las 8.30 de la mañana. El fallo, al parecer, y mientras se espera el dictamen de los técnicos, se debió a una avería en el sistema eléctrico de las señales ópticas de la citada línea IV.

El accidente creó una situación de pánico entre los viajeros, ante lo que en un principio se pensó era un choque de gran magnitud.Según informaron fuentes de la compañía a EL PAIS, el tren P.12 salió de la estación de Serrano a la hora antes indicada, conducido por José Luis Reyes, al que acompañaba en el servicio Fernando Rodríguez. Se cree que unas ochocientas personas ocupaban en ese momento el citado convoy que se detuvo a unos cien metros a la salida de la estación al comprobar el conductor que la señal óptica que se encontraba en dicho punto se hallaba en rojo. Minutos después el tren P.13 por la misma vía 1 y en la misma dirección hacia Argüelles se detenía en la estación de Serrano para recoger a los viajeros de la misma. Siempre según las mismas fuentes, y al parecer por la declaración efectuada por el mismo conductor, Teodoro Correas, la salida de este segundo convoy fue normal y se efectuó después de que en el disco de la estación se iluminara la luz blanca.

Iniciada la marcha y al salir de la primera curva existente en el túnel de Serrano a Colón, el citado conductor se vio obligado a efectuar un violento frenazo a pesar de lo cual no pudo evitar que la cabina del tren que conducía se estrellara contra la cola del estacionado.

Varios de los cristales de los dos primeros coches saltaron al tiempo que la estructura metálica del segundo vagón se empotraba en el primero causando una situación de pánico de la que tardarían en salir los viajeros afectados.

Inmediatamente las personas que no habían resultado heridas en el choque ayudaron a un número indeterminado de viajeros que se quejaban de haber sufrido heridas de diversa importancia. La Policía Municipal, Policía Armada, así como una treintena de ambulancias municipales se desplazaron con urgencia a la calle Goya para proceder al traslado de las víctimas

Iniciados los trabajos de rescate se comprobó que la importancia del suceso era más espectacular que real, ya que los treinta conmocionados que fueron recogidos y trasladados al Equipo Quirúrgico número 1 de la calle Montesa y a la Clínica Sanitaria Francisco Franco sólo sufrían heridas de carácter leve, excepto en dos de los casos, Henar Montejo y Francisco Martínez Campos que fueron hospitalizados en la mencionada clínica al sufrir lesiones de pronóstico reservado. El puesto de mando de la Compañía Metropolitana informó a EL PAIS a últimas horas de ayer que se desconocían hasta el momento las causas del accidente sobre el que los técnicos realizaban varios estudios. «Lo que sí podemos decir, al margen del accidente, es que cuando hay una unidad de tren estacionada en una sección la señal óptica nunca puede autorizar el paso de otro tren hasta la salida del primero».

Las primeras noticias llegadas a la estación de Serrano, lugar donde se había producido el accidente, daban una cifra de nueve personas lesionadas entre las que figuraban: Teodoro Correas y Pedro Prieto, conductores del tren número 13, así como los viajeros Amador Bañón, de sesenta y seis años; Clemente Alvarez Jiménez, de cuarenta y siete,- Pedro Martín Ramírez, de treinta y seis, Vicente Martín Martín, de cincuenta y nueve, y Jesús Víctor de trece. Estos nombres se fueron incrementando hasta llegar a una cifra de unos treinta según unas agencias y treinta y seis según otras.

Poco después se conocía el nombre del resto de los heridos en el accidente, cuyos nombres facilitados a Cifra eran los siguientes: Rosa de María Gracia, Ana Caballero, Aureliano Fernández de Mesa, de cuarenta y tres años, y José Gil.

Nada más producirse el accidente el servicio fue suspendido entre las estaciones de Goya y Colón hasta las once y veinte, hora en que comenzaron a funcionar los servicios parciales de Argüelles a Colón y de Velázquez a Alfonso XIII. Poco después de las cuatro de la tarde se reanudaba completamente el servicio.

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