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Reportaje:

El rugby, único deporte que ha paliado el "apartheid" sudafricano

La retirada de los países africanos de Montreal se debió a la presencia en los Juegos de Nueva Zelanda. La OUA, y más concretamente el Consejo Superior del Deporte Africano, reunido fechas antes en Saint Louis, Isla Mauricio, acordó que se debía prohibir la participación de la nación austral en los Juegos Olímpicos por sus relaciones deportivas con Africa del Sur. Su equipo nacional de rugby, los All Blacks habían iniciado el 30 de junio una gira de más de dos meses y medio, -con veintitrés partidos- por el "paraíso del apartheid". Hubo países africanos que ni siquiera fueron a Montreal y otras que se retiraron allí. Citando en Barcelona el COI estudia las posibles sanciones a los causantes de un boicot, que pudo dar el golpe de gracia al olimpismo, no estará de más profundizar en algunos aspectos no tratados hasta ahora en el tema.

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Dos meses y medio de gira

La libertad del hombre negro en Africa del Sur no puede ser comprada al precio de imponer límites a las libertades del hombre neozelandés.Con estas palabras se expresó Alan Highet, Ministro de los Deportes del gobierno de Wellington, al conocer la decisión del Consejo Superior del Deporte Africano reunido en Saint-Louis. Aunque en aquel momento solo se trataba de una amenaza, Highet ya dejó entrever que el deporte amateur no podía ser nunca utilizado como instrumento político. Es importante señalar que el gobierno de Nueva Zelanda, ante los posibles problemas que la gira de los All Blacks por Africa del Sur podía producir, había intentado por todos los medios impedir que aceptaran la invitación de los Springboks, equipo nacional sudafricano. Highet no tardó nada en precisar que al no estar subvencionadas las actividades deportivas en su país le era imposible pasar de los ruegos e invitaciones para que la gira no se celebrase.

Así pues, la llegada de los All Blacks a Africa del Sur hacia finales de junio pasado se disputó las primeras páginas de todos los diarios del país del «apartheid», junto a las reseñas de las entrevistas John Korster -Henry Kissinger- Helmut Schmidt, acerca del problema de Namibia. Después de un viaje aéreo interminable, vía Asia y Europa, a fin de evitar la huelga en esos días del personal de tierra de los aeropuertos australianos que les impidió volar directamente a Africa del Sur. los All Blacks fueron trasladados a East London, una de las tres ciudades costeras importantes -junto con Ciudad del Cabo y Porth Elizabeth- al sur del país. En ella el 30 de junio iban a iniciar su polémica gira de veintitrés partidos, que se prolongaría hasta el 18 de septiembre. No hemos podido dormir desde hace dos días, cuando hicimos escala en Singapur, declaró Noel Stanley, el entrenador del equipo. No hubo referencias al tema que atraía la atención deportiva mundial en aquellos instantes. Los All Blacks estaban seguros de obrar bien,

Equipos multirraciales

Sin justificar en modo alguno la política racista del gobierno sudafricano, conviene aclarar varios puntos respecto al boicot de los países africanos en Montreal. Primero al margen ya de la difícil separación política-deporte, el rugby no es deporte olímpico -quizá ahora se empiece a tratar su inclusión en próximos Juegos - y como ha quedado dicho el gobierno neozelandés no podía prohibir la gira de los All Blacks, tal y como está planteado el deporte en el país antípoda. Segundo: el punto más importante y en el que merece la pena detenerse. El rugby es el único deporte que ha conseguido hasta ahora limar asperezas al problema del «apartheid».En efecto, precisamente porque los All Blacks nunca han tenido problemas raciales, sus mejores jugadores de casi siempre han sido maoríes aborígenes No sólo han jugado en la última gira por Africa del Sur, sino que por la mediación de Dannie Craven, presidente de la Unión Sudafricana de Rugby y el primer dirigente deportivo sudafricano blanco que por seguir en la linea del rughy mundial ha atacado y limitado cuantas veces ha podido el «apartheid» de su país- se ha invitado a un equipo exclusivamente formado por maoríes para una gira por Africa del Sur en 1977.

Por otro lado, durante la gira de Francia el año 75 por Africa del Sur, los galos, como condición «sine qua non" para llevarla a cabo, fueron los primeros en enfrentarse a una selección multirracial. La fecha, realmente histórica, fue e17 de junio de 1975 en el Estadio Newlands, el más famoso de Ciudad del Cabo. La selección sudafricana, a cuyo frente estaba el capitán de los Springboks, Morne du Plessis, comprendía once blancos, dos negros y dos mestizos. Ganó, por cierto, 18-3. Días más tarde Francia se enfrentaría también en otros dos partidos a equipos completos de negros -bantúes- y mestizos proteas, nombre que corresponde a la flor típica del país.

Ahora, en la reciente gira de los All Blacks, los partidos contra rivales no integrados completamente por blancos se han vuelto a repetir: el 7 de julio los All Blacks vencieron en el tercer partido de su gira, primero de la segunda semana en Africa del Sur, a una selección de mestizos o proteas, por 25-3. El día 10, 31-24 a equipo multirracial y ya casi al final, el 28 de agosto, 31-0 a los bantúes.

Indudablemente, el nivel del rugby blanco en Africa del Sur es muy superior al de las otras razas, pero entre éstas va surgen figuras de entidad. Y todo ello, desde luego. no quita para que la tirantez segregacionista se mantenga y precisamente en el último partido de los All Blacks contra una selección de jugadores de color, las medidas de seguridad ante posibles incidentes, fueran extremas. Un impresionante despliegue de policías blancos de paisano rodeaban el Mantsane Stadium de East London en el momento de saltar al campo los All Blacks. En el aire, un helicóptero sobrevoló el estadio durante todo el partido. La fácil victoria de los neozelandeses quizá evitó todos los problemas.

Ultimo paso

De cualquier forma, el último paso logrado por el rugby tal vez haya sido el más importante. El ministro de los Deportes de Africa del Sur, Piel Koornhof, anunció la decisión del gobierno de su país sobre permitir en el futuro la participación de selecciones multirraciales en las giras efectuadas en el extranjero. En el transcurso de una cena que tuvo lugar en Johannesburgo el 17 de agosto. Koornhof dijo que tal decisión se había tomado a la vista de la petición hecha por M. Ferrasse, presidente de la Federación Francesa, acerca de la integración de jugadores no blancos en el equipo que visite Francia en 1979 correspondiendo a la gira gala del año pasado por Africa del Sur. Ello significa, nada menos, que ya no podrán ser los famosos e intocables Springhoks los representantes sudafricanos, pues éstos deben salir de las distintas selecciones provinciales que siempre han estado integradas por blancos. Ceder en que no sean ellos quienes contra protestas y problemas lleven fuera de sus tierras el orgullo «boer», parece un gesto de humildad inusitado.La cuestión, de todas maneras, estriba en si Francia, ya a nivel político, bien en octubre de 1979 o incluso en octubre del año próximo -si los All Blacks no aceptan la invitación gala para una gira exclusiva y entonces serían sustituidos por los sudafricanos- se expondrá a una oposición de los países africanos aún en candelero, pese a los pequeños pasos dados favorables. El rugby, en resumidas cuentas, no deja de ser un juego y no una panacea política.

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