Expendedores y Tabacalera en desacuerdo sobre la nueva normativa
La falta de órganos tanto administrativos como juridicos a que recurrir; el cambio de una normativa, considerada arcaica, por otra de mayor rigidez; la desunión entre los mismos trabajadores y la inexistencia de cauces entre la citada Agrupación de Expendedores, Tabacalera, Organización Sindical y Hacienda como organismos afectados son, a juicio de algunos miembros de la Agrupación Provincial de Expendedores, los temas más urgentes «de cara a una defensa frente al monopolio de Tabacalera».
Estos puntos, tratados en el transcurso de una entrevista a la que asistió María Josefa Borja, presidenta de la citada Agrupación Provincial y representante asimismo de Madrid en la Junta Nacional, y Recaredo Cebrián, colaborador de la agrupación y persona non grata, al parecer, para Tabacalera, fueron xplicados detalladamente «ante la falta de una veraz información para el consumidor que desconoce nuestros problemas y la situación por la que estamos pasando».«Todo expendedor se halla sujeto a la autoridad del representante provincial de quien dependa, estando obligado a acatar las ordenes e instrucciones que de él emanen.» Este párrafo, contenido en el primer artículo de la normativa actual, Deberes y obligaciones de los expendedores y normas disciplinarias relativas a los mismos, epecificaba ya hace 18 años, la relación actual del expendedor con su superior.
El texto, según le fue comunicado a EL PAIS, ha sido denunciado reiteradamente por la agrupación sindical, «por contener una normativa humillante y vejatoria que atenta a nuestra dignidad profesional».
Sin embargo, el nuevo orden de normas que presentó Tabacalera, SA antes del verano «es aún peor, puesto que le quita al trabajador la poca libertad que tenía». Prueba de la reacción causada por la nueva normativa, en la que la Organización Sindical no es vinculante, se concretó en un escrito, presentado dentro del plazo de diez días hábiles para que los expendedores presentaran sus enmiendas.
El citado escrito, tras analizar los 65 artículos existentes, solicitaba una enmienda a la casi totalidad del articulado y apuntaba «lo lamentable que es comprobar que la Instrucción de Expendedurías recoge casi íntegramente el anterior libro de deberes y obligaciones de los expendedores y normas disciplinarlas relativas a los mismos, e incluso no sólo no corrige los graves defectos del anterior, sino que añade nuevos artícuIos que incurren en contrafuero y atentan contra leyes de rango superior que regulan las libertades de todo español"
El dictamen realizado por la agrupación sindical se concretaba en un comentario final de repulsa a esta postura que, de persistir, desencadenaría situaciones conflictivas que tratamos a toda costa de impedir».
Peticiones de los expendedores
Entre las enmiendas propuestas a la Junta Nacional se encuentra una solicitud para que los actos y resoluciones de los órganos de Tabacalera, SA, puedan ser recurribles en vía de reposición ante el Consejo de Administración o ante el delegado del Gobierno en Tabacalera, existiendo la posibilidad posterior de proceder con recurso de alzada ante el ministro de Hacienda en caso de que no se esté de acuerdo con la resolución dictada.Asimismo la Agrupación Provincial de Expendedores comunicó a la Junta los fundamentos de la enmienda citada, fundamentos basados en el derecho de todos los españoles a una seguridad jurídica; «lo que no cabe, es dejar a los expendedores en una indefensión absoluta frente a los actos y sanciones disciplinarias que imponga Tabacalera».
Sin embargo, y a pesar de que las citadas enmiendas fueron entregadas en el mes de julio ante el carácter urgente dado a la normativa por parte de la compañía, « han pasado tres meses sin que nadie sepa nada sobre el asunto, ya sea sobre modificaciones o sobre la anulación completa de la instrucción». A, esta incomunicación se une la no celebración de una reunión por parte de la Junta Nacional de Expendedores, «a pesar de que la agrupación de Madrid la ha solicitado varias veces para tratar de la reglamentación a la que podemos estar sujetos en un futuro próximo».
Con respecto a las reglas vigentes la situación según los expendedores es caótica, «ya que a la inexistencia de reglamentación con la que defenderse de las decisiones de Tabacalera, se une el problema de la sucesión e incluso el de una simple enfermedad».
Según los veintiséis artículos del texto de 1958, le «queda terminantemente prohibida la sustitución del expendedor por cualquier persona que de acuerdo con él pretenda desempeñar en su nombre la expendeduría». En este mismo artículo se prohíbe el subarriendo, motivo que con el abandono de servicio y la no atención personal al público sin causa justificada, son consideradas faltas muy graves y, por tanto, castigadas, con multas de 5.000 a 25.000 pesetas, suspensión de empleo, con cierre de la expendeduría de tres meses a un año o separación definitiva del servicio.
Otro de los temas tratados fue el de la suspensión en el sector de expendedores, «motivo que hizo durante años que la gente no asistiera a las elecciones que se realizaban».
La situación no varió, según los expendedores preguntados, hasta el pasado año, cuando se celebraron las últimas votaciones:
Estos nuevos miembros, solicitaron el pasado enero la creación de unas mesas de trabajo, en Ias que participasen Hacienda, Tabacalera, Organización Sindical y una representación real de expendedores. Tras dos reuniones, celebradas en los meses de enero y febrero, «la dirección de Tabacalera, al parecer, acordó suspender este tipo de negociaciones cuando más necesitados estamos de ellas».
