Jóvenes y sufridas promesas

Recibimos noticia del triunfo del joven piloto Sasiambarrena, que una vez más gana una prueba en la excelente escuela de pilotaje que son las carreras de Renault 8 TS. Esta vez la victoria ha tenido lugar fuera de nuestra patria, siendo el circuito portugués de Estoril el escenario. Veintidós puntos le separan del segundo clasificado, R. de Juan, en la clasificación provisional del campeonato y a falta de dos pruebas, es fácil asegurar su triunfo.Resulta curioso comprobar cómo el proceso que siguen nuestras jóvenes promesas funciona a la perfección hasta que las primeras dificultades económicas frenan los brillantes principios de casi todos los que como Sasiambarrena consiguen destacar.

Hay algunos como los hermanos Villacieros que, después de obtener un magnífico palmarés, han demostrado a lo largo de su trayectoria estupendas cualidades, pero se quedan varados y sin continuidad hasta que llegan a aburrirse de dar vueltas con el mismo coche al mismo circuito. Los más (y esto es lo grave) ni siquiera pueden pasar de los primeros escalones de este difícil oficio, porque una prematura bancarrota los obliga (y nunca mejor dicho) a quedarse en la cuneta. Jamás nos cansaremos de repetir que el joven español, al igual que casi todo conductor latino, posee de forma innata grandes condiciones para llegar a ser un buen piloto de carreras, pero mientras que franceses e italianos cuentan con toda una serie de ayudas hasta llegar a las más altas cotas de la especialidad, los nuestros no pueden ni soñar con la posibilidad de pilotar algo que no sea aquello que puedan financiarse con sus propios y casi siempre limitados medios.