Las desavenencias internas del Gobierno aplazaron la aprobación de medidas económicas

Tres reuniones consecutivas e intensas de los ministros económicos y varias más de sus más inmediatos colaboradores no han sido suficientes para articular las medidas económicas que inicialmente promovieron Industria y Trabajo en materia de política salarial y negociación colectiva. Otras disposiciones, como las referentes a los recargos en las tarifas energéticas, quedaron también en la mesa del Consejo pendientes de reconsideración y retoques.Las medidas económicas quedaron únicamente en la elevación del salario mínimo que pasa de 345 pesetas a 380 (10,2 por 100), en cumplimiento del artículo 28 de la ley de Relaciones Laborales, y la reestructuración de Hacienda en los términos que ya anunciamos en este periódico el pasado martes. La Dirección del Tesoro y Presupuestos se desgaja.en dos y se crea la Dirección General del Seguro en la Subsecretaría de Economía Financiera. Para cubrir esos puestos se designan técnicos que estaban ya vinculados a ellos.

Los ministros de Hacienda y Comercio, que tenían que salir con destino a Manila para participar en las reuniones anuales del Fondo Monetario y del Banco Mundial hoy y mañana, decidieron ayer aplazar sus viajes y enviar a colaboradores directos suyos. La proximidad de un Consejo de Ministros dedicado a la economía el próximo jueves, día 7, y la posibilidad de intensas reuniones de la Comisión Delegada en los próximos días, han desaconsejado el viaje. Se alude también en algunos medios económicos a una posible dimisión.

En el cuadro de medidas que se han discutido estos días hay propuestas que van desde la suspensión del artículo 35 (despido) de la ley de Relaciones Laborales para empresas de menos de 50 trabajadores, a la reducción de plantillas hasta un 8 por 100 para sociedades en apuros, a la limitación del crecimiento de los salarios a un punto por encima del coste de vida (repartido en 50 por 100 en aumentos lineales y proporcionales), a la imposición de un depósito previo alas importaciones, a la declaración de delito fiscal en las defraudaciones por el Impuesto sobre la Renta, a la suspensión de la contratación colectiva...

Las desavenencias internas en el seno del equipo económico y las contradicciones que evidencia han condicionado el retraso en la adopción de cualquier medida. Miembros del Gobierno no integrados en el equipo económico, parece que a la vista de esta situación optaron por la abstención de cualquier paso adelante mientras no se formule con más claridad la postura oficial.