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Reportaje:Cuba o la importancia del deporte escolar / 2

La originalidad y el sacrifício, medios contra la falta de recursos

Según el modelo de los países socialistas, Cuba, una vez finalizada la Revolución, comenzó a trabajar en su deporte de masas, enormemente atrasado en aquel momento. Después, también como mimetismo de su régimen político, fomentó el deporte de élite, punto clave de la propaganda a escala mundial. Encaminado el país en estas dos vertientes la base fundamental de su éxito cada día más confirmado a nivel mundial, ha estado en la atención prestada al deporte escolar y en algunas otras decisiones realmente originales, válidas perfectamente para denominar al depone del pais caribeño como un «deporte a la cubana». Sin duda una gran novedad, muy sui generis, como lo fue la RDA en su momento.

En Cuba, gracias a medidas autoritarias, el deporte en la escuela fue el primero en ser impulsado. La educación física y el deporte han llegado a ser posteriormente obligatorios en la enseñanza primaria hasta el tercer año de las carreras universitarias. La escolaridad, por otro lado, es igualmente obligatoria hasta los diecisiete.Indudablemente, nada hubiese podido hacerse en el país sin la promulgación de la ley de 23 de febrero de 1961,que extendía la noción y el campo de la actividad deportiva a la educativa y al deporte de esparcimiento. En ella se decía que cualquiera de estas actividades se constituían con carácter de interés primordial para la nación. En su consecuencia y para su mejor aplicación se creó el Inder (Instituto Nacional de Deportes y Recreación), equivalente a nuestro INEF.

También en la ley se preveía la creación de los denominados «Consejos Deportivos Voluntarios», que el mismo Fidel Castro definió como círculos de ciudadanos que en cada fábrica, en las granjas, en cada centro escolar, en cada unidad militar y en cada una de las seis provincias cubanas -Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Las Villas, Camagüey y Oriente tenían como labor promover las, actividades deportivas. Repartidos por todo el país, incluso en los rincones más apartados de la isla, estos Consejos Deportivos Voluntarios han constituido, sin duda, otra de las bazas fundamentales del deporte cubano. En 1973 llegaban al número de 7.000. Encargados de aplicar las directrices marcadas por el Inder también contribuyen ahora a su elaboración, merced a representaciones en directo contacto con el propio instituto y el pueblo. Se han tomado en todo momento en consideración las aspiraciones y preferencias de la población, premisa indispensable para el éxito de la nueva política deportiva.

Una muestra de la eficacia del sistema se vio ya en 1963, sólo cinco años después de la revolución, cuando ante la necesidad perentoria de terrenos deportivos para los escolares, ellos mismos, ayudados por obreros de la construcción, lograron hacer 408 en todo el país y en el plazo mínimo de cuatro días.

Soluciones originales

La voluntad del deportista cubano para sobreponerse a la falta de medios ha sido una baza igualmente importante en el desarrollo conseguido. Además, teniendo siempre en cuenta las posibilidades del régimen se ha preferido buscar soluciones originales y acordes con ellas, olvidando las que hubiesen podido dar resultados en otros países, pero de distinta mentalidad y medios. Un ejemplo claro de esto se puede ver en la labor realizada en la escuela secundaria. Como los profesores de educación física y de deportes eran insuficientes se recurrió a los monitores, alumnos mismos, que por manifestar un interés mayor en el deporte ayudaban a los profesores en su función. Su trabajo iba desde la participación en las discusiones pedagógicas al cuidado del material deportivo, pasando por el arbitraje, la difusión de las informaciones y hasta impartir una determinada clase.

En un principio estos «profesores técnicos» eran instruidos someramente en cursillos de tres semanas durante las vacaciones escolares. Ahora, todo está planificado hacia las seis escuelas provinciales y la central, Comandante Fajardo, denominada ESEF (Escuela Superior de Educación Física). En aquel entonces, más de 4.000 jóvenes funcionaron pronto por todo el país.

Sin su concurso, indudablemente, hubiese sido imposible asegurar la organización de las competiciones a nivel escolar, y que la participación en ellas, totalmente voluntaria fuera de 1 as horas obligatorias, alcanzase un, eco tan impresionante. En 1975, por ejemplo, intervinieron nada menos que 1.600.000 jóvenes como si de una Spartakiada «made in RDA o URSS» se tratase. Evidentemente, su presencia vino a llenar un hueco docente en un momento difícil, de carestía casi total de educadores deportivos y aunque hoy todavía no se ha desechado su colaboración, pues con esos comienzos se forjan las vocaciones pedagógicas futuras, han ido siendo sustituidos paulatinamente por los profesores salidos de la ESEF y sus seis dependientes. Dato significativo fue que ya en 1967 el 80 por 100 de los estudiantes de Educación Física provenían de los «profesores técnicos». Ello significaba que a los mismos jóvenes voluntarios se les había dado la posibilidad de una formación.

Otro ejemplo más de la labor realizada por el deporte cubano se produjo en 1965. Aproximadamente 1.300.000.niños iban a entrar en edad escolar durante ese año. Los estudios realizados por las direcciones técnicas y de medicina deportiva habían señalado que ciertas facultades motrices deben adquirirse a edad muy temprana so pena de perder la oportunidad de fomentarlas definitivamente. Estaba claro que para ese número enorme de niños no había en todo el país profesores cualificados. ¿Solución? Se echó mano una vez más de la gran capacidad de sacrificio de los pocos existentes, convencidos todos de que aquél era otro paso fundamental para mantener el progreso fulgurante del deporte en el país: se impuso la idea de organizar una concentración durante el verano y todos sacrificaron sus vacaciones.

En una primera etapa, 400 profesores de Educación Física siguieron cursos destinados a prepararse para la labor específica que iban a desarrollar. Después, durante las vacaciones de 1964,estos profesores enseñaron a 40.000 monitores de las ciudades y del campo los conocimientos imprescindibles sobre educación física. De esta forma, y aunque fuese de una forma somera y provisional, todos los niños del país se iniciaron en la educación física y el deporte.

Juventud

Hemos comentado las competiciones escolares y es, desde luego, a través de, ellas, por donde salen los mejores atletas. Cada año se escogen 5.000 en una treintena de deportes y posteriormente, se les encauza o cambia según sus aptitudes. Este, por ejemplo, fue el caso de Juantorena, que pasó del baloncesto al atletismo. La juventud, por tanto, ha sido y es la constante de la participación cubana en cualquier competición. En los Juegos Panamericanos de México, en 1975, la media de edad de los 308 atletas de Cuba era de veintidós años y medio, y 156 estaban aún encuadrados en el deporte escolar, un deporte que en 1966, al no disponer tampoco de instalaciones para todos pudo disponer un tiempo libremente, de las ¡calles! Cada domingo, desde las ocho de la mañana a la una de la tarde, en terrenos trazados en el mismo asfalto, los niños jugaban al béisbol, al fútbol o al hockey, tiraban de la cuerda o corrían, simplemente. Pronto hubo que reservar terrenos para los menores de seis años, que viendo a sus hermanos mayores también querían intervenir. Los padres, mientras tanto, con reglamentos de cada, deporte intervenían en la organización de las actividades. Todo ello, sin duda, muy distinto a la imagen de aquel guardia o aquel otro «señor mayor», que alguna vez nos ha quitado la pelota en nuestra edad escolar.

Nuevamente se imponía la originalidad y el esfuerzo. En las escuelas secundarias del campo, en el interior del país si no había piscina se utilizaban los estanques de las granjas para enseñar a nadar. Los mismos profesores de Educación Física, durante sus estudios, tenían como obligatorias unas «prácticas» en una fábrica de material deportivo para poder fabricar posteriormente su propio material en su lugar de trabajo desprovisto de instalaciones. Ahora ya existen más medios y 100 escuelas poseen pista de atletismo, mientras que está prevista la construcción de otras 900,hasta 1980. Para 1983 se prevé llegar a la cifra ideal de un profesor por cada 180 alumnos. El deporte en Cuba ha adquirido carta de hecho cultural mayor. La ley de 16 de marzo de 1967,, al considerar que las competiciones deportivas aportaban «un elemento de distracción y participación cultural del pueblo, lo cual no debe ser apreciado económicamente, sino en función de su verdadera dimensión educativa y recreativa» suprimió incluso el pagar en los acontecimientos deportivos.

Todos son detalles importantes que han permitido a un país de sólo nueve millones de habitantes convertirse en ejemplo de progreso para el deporte mundial. Algunos países, como Argelia y Portugal, lo imitan ya.

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