Brandt propone una política exterior de distensión
El presidente del Partido Socialdemócrata alemán, Willy Brandt, ha presentado nueve tesis sobre la política exterior y alemana al iniciarse el final de la campaña electoral en la República Federal. Las nueve tesis de Brandt, que se fundan en el denominador común de la «paz como meta suprema de la política», constituyen un duro ataque contra la concepción de los partidos de la oposición, que ponen en peligro, con una política de ilusiones y de sinrazón -recalcó- lo conseguido hasta ahora, amén de arriesgar "mejoras indiscutibles".
Según Brandt, sólo una política de «vecindad contractualmente reglamentada» será capaz de superar las «atrocidades que se producen a lo largo de la frontera interalemana». El Partido Socialdemócrata insistirá también en el futuro en la intensificación de la cooperación entre los dos Estados alemanes. Para Brandt, los «medios de presión no constituyen un sucedáneo de la política». Brandt recuerda en su concepción político exterior, que sería la de su partido, la necesidad de seguir fiel a la política seguida por los al aliados de Alemania en el hemisferio occidental. «Sobre esta base -dijo- habrá que continuar la política de la distensión».Brandt se opuso con toda energía a la «carrera de armamentos», y subrayó que lo más importante en los momentos presentes es la creación de una Europa «con potentes fuerzas de la democracia social».
Los pueblos europeos deberían también cooperar -según el ex canciller- en la constitución de nuevas democracias en Grecia, Portugal y España. Unicamente con ayuda de una comunidad europea fuerte, basada en la Alianza Atlántica, podrá evitarse -apuntó- la escisión de este continente, iniciada en Helsinki.
Brandt insistió luego en sus tesis sobre la «democracia social», nueva fórmula, al parecer, de «socialdemocratismo»; una fórmula que, sin embargo, bien podría haber sido elegida por el especial clima en que se desarrolla la actual campaña electoral, que no satisface a nadie, ni a los socialdemócratas, ni a los cristianodemócratas.
Los partidos de la oposición se las prometían felices con su fórmula, considerada mágica, de «libertad en lugar de socialismo», y sobre esta base montaron su campaña electoral. «Socialismo» sería, en opinión de los estrategas de la Unión Cristianodemócrata sinónimo del más vil de los contubernios entre «partido» e instituciones y organizaciones sindicales. El secretario general de la Unión, el profesor Kurt Biedenkopf, lanzó su campaña en la cuenca Rurt con virulentos ataques contra líderes sindicales.
Contradicción democristiana
Ha declarado, por fin, que, en caso de ganar las elecciones, el actual presidente de la Asociación Alemana de Agricultores, Constantin von Heeremann, sería ministro de Agricultura en su gabinete. Teniendo en cuenta que de acuerdo con la ley fundamental y las leyes complementarias vigentes en la República Federal, las asociaciones profesionales deben conservar una estricta neutralidad política para el mejor cumplimiento de sus obligaciones, la elección de Heeremann y la aceptación por parte de éste, invalida la fuerte serie de ataques lanzados, con menos motivos, por Biedenkopf contra algunos sindicalistas de orientación socialdemócrata.En este caso hay que añadir, sin embargo, una agravante sería la del cargo al frente de una organización de por sí profundamente conservadora. Un posible ministro de Agricultura llamado Heeremann debería tener en cuenta en su quehacer diario, tanto los intereses de los agricultores como los de los consumidores de productos agrícolas; partiendo de su cargo actual, al que no ha querido renunciar después de conocerse el anuncio de Helmunt Kohl, nada permite vaticinar una actitud «proconsumidores» por parte de Heeremann.
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