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La democracia cristiana alemana confía en un excelente resultado electoral

«Quince días antes de las elecciones la situación de la CDU/CSU es excelente. Ningún instituto de opinión pública ve a nuestro partido con menos del 48 por 100 de los votos y las perspectivas apuntan desde una derrota muy leve hasta una ventaja de al menos seis puntos. Aunque no alcancemos la mayoría absoluta vamos a ser el partido más fuerte de Alemania.»

Estas palabras pertenecen a los altos dirigentes del CDU que en ausencia de su líder, Helmut Kohl, recibieron ayer a un grupo de periodistas españoles. La CDU considera que juegan a su favor la personalidad del aspirante a canciller por el SPD, Helmut Schmidt, más discutido por su mismo partido de lo que fuera Willy Brandt en 1972, así como el cambio que se ha producido en el seno de cada formación acentuándose la movilización de los democristianos junto con la pasividad de la socialdemocracia.

En el lado del SPD no puede decirse que reine el pesimismo, pero diferentes niveles en el partido cunde la idea de que esta campaña ha carecido por su parte de la agresividad necesaria.

Schmidt y Brandt han cambiado de táctica, a partir de las elecciones suecas, afrontando las continuas interrupciones de sus mítines que provocan los jóvenes democristianos y acentuando también un lenguaje más agresivo en especial contra Strauss; el SPD intenta pasar al ataque in extremis y ha comenzado a difundir un nuevo slogan por toda la República Federal: Votar por la paz, que, junto con el apoyo masivo al canciller, son la última esperanza de la coalición socialista-liberal para mantenerse en el poder.

En estas condiciones, la decisión final va a tomarse por una exigua diferencia de votos, probablemente menor del 2 por 100. No hay en esta campaña un gran tema —a diferencia del 72 donde se produjeron grandes movilizaciones en torno a la ostpolitik y la persona de Willy Brandt— y lo que se dirime es una u otra orientación de la vida social cuya comprensión difícilmente llega a todo el pueblo con argumentos exclusivamente racionales. .

Nuevo laissez faire

La situación económica de la RFA es lo suficientemente buena como para no tener demasiadas quejas, las líneas generales de la economía de mercado son seguidas tanto por democristianos como por socialdemócratas, la apertura de relaciones con el Este de Europa no será sustancialmente alterada por la democracia cristiana en caso de hacerse con el poder. Por consiguiente, las posibilidades de triunfo de una u otra formación dependen en última instancia de su mejor o peor preparación como organizaciones electorales.

No obstante, lo que está en juego afecta a ciertas capas sociales. A la CDU/CSU no le importa confesar que no tienen mayor interés en una sociedad igualitaria y que no es deber del Estado otorgar grandes prestaciones a sus ciudadanos, sino dejar que entre éstos se desarrolle la libre iniciativa, lo cual hace pensar en una nueva versión del conocido laissez fairé, laissez passer.

Igualmente está en juego la repercusión de estás elecciones en la relación global de fuerzas, a nivel europeo.

La DC española

Por otra parte, hemos tenido interés por saber cuál sería el partido español cuya victoria provocaría brindis en la sede de la CDU.

El responsable de las relaciones internacionales de la misma ha dicho que tendría que saber qué grupos burgueses van a presentarse a elecciones en España. En este momento la CDU colabora con el equipo democristiano(Jiménez, Gil-Robles, Cañellas) reconocido como partido hermano por la Unión Europea de Democratacristianos, pero también aspiran a formar parte de la misma los grupos que dirigen los señores Alvarez de Miranda y Silva Muñoz .

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