Ford, en inferioridad ante Carter
El presidente Gerald Ford comenzó su campaña electoral activa el miércoles por la noche, al prometer «soluciones concretas en vez de sonrisas» en un discurso pronunciado en el campo de deportes de la Universidad de Michigan, escenario de sus hazañas deportivas cuando, hace más de cuarenta años, era una destacada figura del equipo de fútbol americano de la Universidad. El presidente, no obstante, según los sondeos de opinión, sale en desventaja frente a su rival demócrata, Jimmy Carter.
«El problema en esta campaña no es saber quien tiene una mejor visión de América, sino saber quién actuará mejor para convertir esa visión en realidad», dijo Ford ante unas trece mil personas, en su gran mayoría estudiantes de la Universidad. Sin citar ninguna vez a Jimmy Carter por su nombre, el presidente atacó con dureza el programa electoral demócrata y afirmó ser merecedor de mayor confianza para el electorado que su adversario.Algunos sectores del público mostraron su oposición al presidente con silbidos y abucheos. En mitad del discurso, alguien hizo explotar un petardo, lo que provocó un cierto revuelo y la intervención de los agentes del servicio secreto, encargados de la seguridad del presidente, quien continuó su discurso impasible.
En otro momento apareció entre el público una pancarta en la que podía leerse «no perdonamos a Ford por haber dejado escapar a Nixon». El presidente se refirió en su alocución al escándalo Watergate y afirmó que los Estados Unidos habían sido traicionados por la «corrupción en los más altos niveles del Gobierno», aunque añadió, con palabras no previstas en el texto inicial del discurso, que «afortunadamente, mi Administración ha restaurado la confianza en la Casa Blanca».
A lo largo de la media hora que duró su intervención, Ford se esforzó por repetir la habilidad oratoria de la que hizo gala en el discurso de aceptación de la candidatura republicana, sin conseguirlo, y se dirigió especialmente a la clase media, que según los consejeros del presidente será la parte del electorado crucial para conseguir una victoria frente a Carter. En este sentido, Ford anunció próximas medidas legales, que darán mayores facilidades a los ciudadanos con ingresos relativamente modestos para comprar su propia casa, mediante una agilización de los préstamos bancarios, una disminución del interés y la reducción de las cuotas iniciales, para conseguir la meta de «una vivienda propia para cada familia».
Ford prometió también la creación de mayor número de puestos de trabajo, el control de la inflación, la reducción de la criminalidad y un programa de ayuda federal para sufragar los gastos familiares en los capítulos de Sanidad y Enseñanza. Este último aspecto supone un apoyo a las familias que deciden llevar a sus hijos a escuelas privadas, que en buena parte dependen de instituciones religiosas, muchas de ellas católicas. El presidente intenta atraerse a los votantes católicos, más de un 20 por 100 de la población, disconformes con la actitud del candidato demócrata respecto al aborto. Ford defiende el derecho de cada estado a prohibir o legalizar el aborto y recordó indirectamente el voto en contra de la legalización del aborto en el estado de Michigan, en 1972.
Fue el propio presidente quien insistió en comenzar su campaña electoral activa con un discurso pronunciado en su antigua Universidad, mientras que algunos de sus consejeros eran partidarios de comprar un espacio en una cadena de televisión para el inicio de la campaña, que lleva diez días de retraso respecto a la de Jimmy Carter. Pese a que Michigan, estado natal del presidente, se considera como un territorio muy favorable a Ford, la acogida no fue tan entusiasta como hubiera podido preverse y algunos grupos de estudiantes mostraron su decidida oposición al candidato republicano, que fue comparado con Hitler por el diario estudiantil local, Michigan Daily. Sin embargo, un portavoz de la Casa Blanca manifestó que el presidente estaba «muy satisfecho» de la acogida de su primer discurso electoral y que, por el momento, continúa con su estrategia de permanecer más tiempo en Washington que viajando por el país en busca de votos.
El equipo de Ford parece considerar a los debates televisados que se inician la próxima semana como el principal medio de captación del electorado. Sin embargo, los sondeos de opinión que casi a diario se publican en el país, muestran a Ford en condiciones de marcada inferioridad respecto a su adversario demócrata.
El último de estos sondeos, por ejemplo, que fue publicado ayer por el diario de Boston. The Christian Science Monitor, concede ventaja a Carter en 32 estados, con un total de 416 votos electorales, mientras que Ford va en cabeza en sólo 14 estados, con 77 votos electorales. Son necesarios 270 votos para ganar la elección presidencial.
Según este sondeo, el sur en plena y el este del país, con la excepción de los pequeños estados de Vermont y New Hampshire, son favorables a Carter, al igual que dos estados de la costa oeste, California y Washington, además de otros como Arizona, Texas y Minnesota. El presidente Ford cuenta con su principal apoyo en los estados del medio oeste, además de los de Michigan y Alaska, lo que le coloca en una situación muy peligrosa.
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