Japón, decidida a continuar su expansión en construcción naval

El intento de los Constructores Navales de Europa Occidental (AWES) de llegar a un acuerdo con la Asociación de Constructores Navales Japoneses (SAJ) no ha tenido éxito alguno tras la reunión celebrada por los dos organismos en Roma días pasados, al no estar dispuesto Japón a variar su política de precios, política que es calificada como destructiva para los europeos.El objeto de la reunión entre las dos poderosas organizaciones navales tenía un fin muy concreto: la preocupación de AWES al ir perdiendo posiciones en el mercado mundial en beneficio de los constructores japoneses, que ocupan claramente los mercados que dejan los europeos al ser mucho más competitivos en sus precios.

Esto significa en la práctica que los constructores navales europeos no podrán alcanzar más de un 10 a un 20 por 100 del mercado mundial de la construcción naval, porcentaje decreciente si se compara con el 40 por 100 que tenían los europeos hasta hace pocos años.

Lógicamente, los japoneses no han accedido a la propuesta formulada por los constructores europeos tendente a alcanzar una posición de equilibrio entre ambas partes para el reparto del mercado mundial. En estas circunstancias, los japoneses, a través del SAJ, dejaron claro en la reunión de Roma que su intención es mantener sus metas de producción y que no les es posible cambiar su política de precios. De todo esto la conclusión válida que ha sacado AWES es que los japoneses reforzarán drásticamente su posición, con lo que finalmente dominarán todo el mercado mundial.

En una nota hecha pública por los constructores navales europeos, éstos «lamentan declarar que con las conversaciones recientemente llevadas a cabo con el SAJ han caído por tierra todos los buenos deseos de alcanzar un entendimiento entre ambos bloques y que los hechos desarrollados últimamente deben ser ahora comunicados tanto a los Gobiernos nacionales como a la CEE y a la OCDE para que éstos adopten las acciones consiguientes».

Cabe pensar lógicamente que tras la negativa japonesa de variar su política en este campo, los Gobiernos europeos tomen represalias comerciales contra Japón.