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Grupos paramilitares protestantes siembran el caos en Belfast

Juan Cruz

Jóvenes protestantes pertenecientes a grupos paramilitares incendiaron ayer numerosos autobuses en el centro de Belfast: y causaron un caos que paralizó por completo la ciudad. La acción de estos unionistas se organizó como protesta por los malos tratos que al parecer otros protestantes extremistas han recibido en la cárcel de Maze, en las afueras de la capital irlandesa.

Estos disturbios indican que los grupos paramilitares protestantes que estaban a la expectativa, vuelven a la acción y se unen a. la campaña de violencia que llevan a cabo sus oponentes, los provisionales del IRA. El caos en el que envolvieron a Belfast fue la bienvenida que le dieron al nuevo ministro para Asuntos del Ulster, Roy Mason, que visitó ayer la provincia, por primera vez desde que fue nombrado, para el cargo.Sin embargo, los responsables políticos de los partidos unistas han recibido a Mason con muestras de simpatía. Por su parte, algunos líderes católicos incluso se han negado a entrevistarse con él, porque consideran que la presencia de Mason en el Ulster va a dar paso a un reforzamiento de la línea dura del ejército en el territorio.

Los líderes católicos estiman que Roy Mason, que fue ministro de Defensa, no es el hombre adecuado para mediar en la disputa política que divide a -unionistas y a republicanos y que, por tanto, su función se va a reducir a alimentar los poderes que ya tienen las fuerzas de seguridad que hay en la provincia.

Mientras tanto, en Londres, el conflicto civil del Ulster adquiere alcances diplomáticos. Está en Gran Bretaña el ministro checo de Asuntos Exteriores, Chnoupek, quien se entrevista estos días con su colega Crosland. No se descarta la posibilidad de que ambos hablen de las acusaciones que recientemente han hecho los conservadores sobre las conexiones que Checoslovaquia tiene con los guerrilleros republicanos del Ulster. Al parecer, el ejército británico ha hallado en el Ulster ciertas cantidades de armas checas, en manos de miembros del IRA.

Parecido descubrimiento ha sido hecho por la policía de Dublín, siempre de acuerdo con las informaciones publicadas en Londres. En este ambiente, la visita de Chnoupek, que fue uno de los hombres fuertes régimen que sustituyó al que Dubceck quiso imponer en -1968, ha sido recibida con muchas protestas desde los sectores moderados y conservadores de Gran Bretaña. En 1972, el Gobierno conservador de Heath anuló la visita que el propio Chnolupek quiso hacer a Gran Bretaña. Ahora, la Administración laborista ha considerado que no procede seguir la misma actitud.

En la prensa británica de estos días se señala que la visita del ministro checo podría suponer ahora el inicio de un «deshielo diplomático». Como el asunto del envío de armas de Checoslovaquia a Irlanda no ha sido aún zanjado, en algunos sectores cercanos al Gobierno británico tal «deshielo» se interpretaría como una «debilidad» de Londres.

A pesar de que la visita de Chnoupek inquieta a los británicos, lo que más preocupa ahora a la policía inglesa es permanecer en estado de alerta para prevenir las posibilidades de que «Carlos», el famoso terrorista, venezolano, decida volver a Inglaterra, donde fue descubierto hace ahora dos años. Desde entonces, «Carlos» ha sido relacionado con casi todos los atentados que los palestinos han cometido en diversas partes del mundo. La última vez que estuvo envuelto en una acción de carácter terrorista fue cuando un grupo de pro-palestinos secuestró un avión francés, que luego aterrizó en el aeropuerto de Uganda. En esa ocasión, «Carlos» fue el cerebro de una operación que fracasó estrepitosamente. Quizá porque no la dirigió personalmente. Ahora se piensa que «Carlos», sobre cuya vida se acaba de publicar un libro en este país, tiene preparado un golpe espectacular y que su objetivo es Gran Bretaña. Actualmente parece que está en Yugoslavia, junto con otros compañeros.

Se han intensificado los disturbios callejeros que comenzaron el domingo en Belfast. En la zona de la ciudad habitada por protestantes fueron incendiados diez autobuses y tres camiones.

Quince personas han resultado heridas cuando fuerzas del ejército acordonaron la zona y dispararon a la multitud con balas de goma.

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